Aumenta tu Poder Interno parte 2/2


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Vamos a ver un modelo muy sencillo de comunicación en cuatro pasos para protegerse de los comentarios desagradables. Cada vez que una persona te hiere o te molesta es porque tú se lo permites. Vamos a aprender a frenar ese tipo de conductas de manera efectiva y elegante. Informar: "¿Te das cuenta de que estás gritando?"; "¿Te das cuenta de que ese comentario es hiriente?" Si la persona continúa con su inaceptable conducta, pasa al segundo paso, pero nunca antes de haber dado el primero. Pedir: "Por favor, deja de gritarme". Si la persona todavía no lo entiende y continua actuando del mismo modo, prueba con el tercer paso. Exigir o insistir: "Insisto en que dejes de gritarme ahora mismo".

Si la persona insiste en su conducta, da el siguiente paso. Irse: (sin entrar en la discusión ni responder de mala manera) "No puedo continuar con esta conversación si sigues gritándome. Me voy". Si a partir de ahí tu relación con esa persona no se modifica, puede que necesites dejarla o bien hacer una terapia. Quienes te quieren de verdad respetarán tus límites. La clave del éxito con estos cuatro pasos es hablar con un tono de voz neutro. No levantes la voz ni hables más bajo de lo habitual. Mantén la calma.

Tú sabes cuando hablas con pasión, con ánimo de crítica o más bien con ira. Recuerda que estás informando a la otra persona. Tu tono de voz no debe expresar emoción o agitación. Podemos pensar que esto puede ser eficaz con cualquier persona pero no con nuestro jefe. La clave para manejar la situación con tu jefe está en la utilización de un tono de voz neutra y en hacer gala de mucho tacto. Nunca pongas límites a tu jefe ni a nadie más delante de otra persona y sobre todo no lo hagas en medio de una reunión.

Cuando informes a los demás, el secreto está en dejarles la posibilidad de una salida elegante. No entres en una polémica. Si la otra persona no se disculpa, es lógico que le pidas que lo haga. A veces, una disculpa no es suficiente y puede que tengas que pedir una reparación del estilo: "Bueno, está bien que me pidas disculpas por manchar mi traje de lino, pero supongo que me pagarás la tintorería".

Nuestra tendencia natural es no dar los dos primeros pasos e ir directamente al tercero y del cuarto y por lo general con un tono de voz que no es precisamente neutro. La clave es hablar con serenidad aclarando las cosas inmediatamente. Comienza a informar a los demás de cómo deseas que te traten y pedirles que lo hagan. En el fondo, la gente sabe muy bien que están poniéndote en evidencia y en realidad no se sienten bien haciéndolo. Si lo permites, no sólo te rebajas tú, sino que lo rebajas a ellos.

¿Qué límites quisieras establecer ahora que sabes cómo protegerte con elegancia? Trata de encontrar un mínimo de 5 y anótalos. No ignores lo pequeño. Para llevar a cabo grandes empresas, el primer requisito es tener confianza en uno mismo".El poder, la seguridad y el éxito son elementos que van todos de la mano. El secreto es no dejar pasar por alto el menor detalle: acostúmbrate a pedir explicaciones en el momento sobre lo que te molesta, o tan pronto como sea posible o adecuado.

Todos esos comentarios que nos molestan y nos parecen insignificantes y que pasamos por alto por no gastar nuestra energía, se van acumulando y a la larga van minando tu autoestima. No ignores lo pequeño. Si lo haces, terminará por ser una montaña y explotarás. Hay que reaccionar e informar a la otra persona en el mismo momento ("Te das cuenta de que dejaste los platos sucios sobre la mesa".) Deja de hacer el papel de santo o santa y comienza a informar a los demás de lo que te fastidia.

Las personas verdaderamente "grandes" no toleran las conductas desagradables. A medida que comiences a poner tus límites, también serás consciente del gran número de comentarios y observaciones desagradables que has tenido que soportar. A la mayoría nos enseñaron que no hacer caso de ellos es ser "amable". No estamos acostumbrados a poner las cosas en claro sobre la marcha. No siempre podrás responder de inmediato, pero si sientes que un comentario es hiriente o que está fuera de lugar, no dudes en llamar lo antes posible a esa persona que lo haya hecho para aclarar las cosas. Aunque haya pasado mucho tiempo de eso que te molestó debes aclararlo.

Si aún das vueltas a un comentario o insulto eso significa que no lo has perdonado, de modo que debes resolverlo. No sabes cómo va a reaccionar esa persona después de tanto tiempo. La verdad es que no tiene importancia la manera en la que responda, la cuestión es que tú digas lo que no pudiste decir durante años y pidas a la otra persona que se disculpe o que subsane de alguna manera el daño si es el caso. Entonces podrás decirle que la has perdonado. Nos puede asaltar la duda de si no pensarán los demás que somos demasiado sensibles. Puede que sí, pero no debe darnos vergüenza reconocer que somos sensibles y que nos gustaría que nos trataran con respeto.

Ser sensibles no es un pecado. A veces las personas confunden los límites con muros. Un límite define lo que los demás pueden o no pueden hacerte. Habrá personas que no estarán dispuestas a respetar tus límites y lo mejor será que te alejes de ellos y rompas la relación e incluso que cambies de trabajo. Podemos pensar que parecemos quisquillosos pero cuanto mayor sean tu claridad y tu firmeza en el planteo de las situaciones, menor será la posibilidad de que acabes quejándote de tu suerte. Pasado un tiempo, no necesitarás decir nada, porque inconscientemente los demás sentirán la presencia de tus límites y no osarán atravesarlos.

Eleva el nivel de lo que consideras aceptable. La otra cara en el tema de los límites es tu manera de actuar con respecto a los límites ajenos. No tiene sentido que tu trates de imponer tus límites si no respetas los de los demás. Lo correcto es que, al ampliar los límites que quieras que los demás respeten, amplíes tu también los que debes respetar.
Todo es bueno, incluso lo malo. Es fácil tener una actitud positiva si comprendes que todo tiene su lado bueno, incluso lo más desagradable. Para apreciar lo bueno de la vida en toda su plenitud, tenemos que experimentar también lo opuesto. Ventajas de ver el lado positivo de las cosas. En lugar de quejarte, aprovecharás los buenos aspectos de la situación.

No te quedarás mucho tiempo en esa mala situación porque no resistirás a ella. Aquello a lo que te resistes o resignas, persiste. Por lo tanto, simplemente te pondrás en acción. Aceptarás mejor las emociones que experimentes. Cuando estés triste, vivirás plenamente tu tristeza. Cuando te enfades, vivirás el enfado. Cuando te sientas feliz, gozarás de esa felicidad. No tenderás a emitir demasiados juicios críticos sobre los acontecimientos. La vida es la vida. Todo lo que sucede es instructivo de una manera u otra. Quizá lo malo sucede para que puedas agradecer lo bueno.

Las personas optimistas tienden a ser más felices y a tener más éxito en la vida. Haz cada día algo que te haga ilusión. Es increíble lo aburrida y monótona que puede llegar a ser nuestra vida si no tenemos algo que nos ilusione. Necesitas abundancia de buenas cosas que te ilusionen, como mínimo una cada día. No dejes de lado las pequeñas cosas que suelen ser las más gratificantes.

Rectifica tu proceder. Ahora es el momento de crear espacio para lo que deseas. No puedes recibir cosas para las que no tienes espacio. Crea un vacío y el universo te enviará cosas para llenarlo. Despeja tu vida. Si tienes sensación de estancamiento, comienza por despejar el terreno. Empieza por ordenar tu despacho y tu casa tirando todas esas cosas inservibles que guardas desde hace tiempo. Acabar con el caos es una terapia increíble, que genera una enorme cantidad de energía. Por esta razón, es el primer problema que abordamos en el programa de coaching, de modo que te armes con la energía necesaria para afrontar los objetivos más importantes. Aprende a decir "NO gracias" cuando lo que te ofrecen no es lo que realmente deseas. ¡Simplifica!, ¡Simplifica!, ¡Simplifica!

Ya has aligerado tu carga de cosas materiales, estás en condiciones de abordar otras maneras de simplificar tu vida. Si sientes que tu agenda se desborda, que tienes demasiadas cosas que hacer y gente que ver, es hora de simplificar. Todo en la vida absorbe energía, tanto las cosas materiales como el trabajo, las obligaciones sociales y los compromisos familiares. Cuanta más energía tengas a tu disposición, más atracción ejercerás y más éxito tendrás en todos los ámbitos.

Piensa modos de aprovechar los últimos avances tecnológicos para organizarte mejor. Ahora, anota 10 formas de comenzar a simplificar tu vida hoy mismo. Contrata una persona para realizar las tareas domésticas. Deja de tratar de hacerlo todo y comienza a delegar el mayor número de cosas posibles. No temas buscar ayuda. Esta es una manera de delegar tareas. Para hacer bien las cosas, necesitas el tiempo y el espacio necesarios. Hazte con un sistema de apoyo de modo que te libere para hacer lo que realmente te gusta. Cada vez que te esfuerces demasiado y sientas frustración, pregúntate cómo podrías delegar la tarea o conseguir la preparación adecuada para llevarla a cabo con menos esfuerzo. Perfecciona el presente.

Si eres una persona que siempre dice "no tengo suficiente" (no tengo suficiente dinero, no tengo suficiente tiempo,...) hay algo que debes cambiar. La vida es una gran maestra. Si te escuchas decir "No tengo suficiente...", hay algo imperfecto en tu situación actual. No nacimos para sufrir, si eso sucede es reflejo de que "algo" esta mal. Si no te doliera lo que vives, simplemente no cambiarias, entonces toma por favor el dolor y el sufrimiento como un aviso para que tomes una acción y cambies.

Cuando insistes en que no tienes suficiente de lo que sea ¿a qué te refieres en realidad? ¿Qué nuevas habilidades o hábitos necesitas adquirir?

Comienza ahora mismo por perfeccionar tu presente, es la manera de encontrar la ¡Pasión por Existir!

Del Taller de Autoestima de Juan Carlos Fernández. Capitulo 83 Volumén 2