Darnos Cuenta parte 1/2


"La mayor plenitud en la vida, la grandeza espiritual de un ser humano, tan sólo se logra siendo lo que más anhela nuestro corazón ser." - Alejandro Ariza

¿Ha conocido a alguien que tenga cierta facilidad natural para la música? Me refiero a algún amigo o conocido que en alguna circunstancia, al estar oyendo música usted y él luego de un rato, tomara una guitarra y empezara a tocar la melodía que estaban escuchando, pero para sorpresa suya su amigo nunca la había tocado, sino que en ese preciso momento la estaba "sacando de oído". ¿Le ha pasado algo similar? Sin lugar a dudas, se trata de una persona que nació con un talento natural para la música y muy posiblemente quiera ser un gran músico. Ahora bien, el hecho de que esta persona tenga un talento natural para la música, ¿le garantiza llegar a ser un gran músico? ¿Cree usted que por el hecho de tener un don natural, ello le asegura un gran éxito como músico virtuoso? Pues permítame afirmarle categóricamente que no. Definitivamente, no es garantía el hecho de que por tener ese don natural llegue a SER un gran músico. Claro, su don natural le facilitará llegar a serlo, pero no le garantiza en absoluto alcanzar el éxito.

¿Qué necesita HACER esta persona para lograr ser un gran músico? Necesita hacerse músico, necesita estudiar y prepararse profundamente para ello. La disciplina acompañada de una gran vocación obra milagros. Pero, ¿qué más le favorecería a nuestro músico para llegar a ser uno de los, grandes? ¿Dónde le convendría ESTAR? Pues sin lugar a dudas que le favorecería enormemente estar en donde están los músicos. Ir al conservatorio a una escuela de artes melódicas o, por lo menos, a la casa de un grupo de amigos músicos, ya que definitivamente el ser humano se ve influido por el medio, y sabiendo esto, es altamente recomendable saber elegir el medio en donde queremos desarrollamos para poder expresar plenamente nuestras potencialidades. Pero sigamos con nuestra reflexión. A nuestro amigo músico, ¿le sería útil TENER una guitarra? Yo creo que sí. Por supuesto que sí.

Imagínese a alguien con un gran gusto por la música y sin instrumento alguno. Estoy seguro de que a este personaje que estamos analizando le sería de extrema utilidad tener una guitarra, un piano o por lo menos una flauta. Es el instrumento con el cual puede empezar a crear su grandeza por medio de la práctica. Si me ha seguido con atención durante esta cadencia de preguntas podrá haberse percatado del orden en que fueron escritos los verbos con letras mayúsculas: SER, HACER, ESTAR Y TENERY es precisamente en este estricto orden en donde el ser humano encuentra su plenitud. ¡Ante todo y primero que nada está el SER!¿Qué es lo que usted realmente quiere ser?

 Reflexione profundamente y responda con total apertura: ¿Qué quiere ser? Luego, haga lo necesario para llegar a serio. Esté donde se reúnan las personas que son afines con lo que usted quiere ser. Al hacerlo así, le garantizo que logrará tener todo lo que quiera en la vida como una lógica y natural consecuencia de haber reclamado su ser.

El punto crítico, la confrontación más importante en esta ocasión se da en el análisis causal de una de las experiencias más debilitadoras y desgastantes en el ser humano: el vacío existencia!. Se trata de esa sensación en la que no percibimos emoción alguna. En la que ya nada nos importa, en la que la vida pierde todo sentido y empieza un verdadero y profundo síndrome depresivo. Es cuando la gente enferma con gran facilidad y se abate ante cualquier desafío, por mínimo que sea. Pero, ¿qué tiene que ver esta reflexión con nuestro estudio? Todo.

Analicemos cuál es la causa esencial de toda depresión. ¿Cuál será la razón por la cual muchas personas caen en un vacío tan grande que ya nada les importa? ¿Cuál será el origen de este mal que ocupa el primer lugar dentro de todas las enfermedades psiquiátricas en el mundo? Me refiero a la depresión. ¿Cómo se gestará dentro de una dinámica mental progresiva este estado tan debilitador y frustrante en el hombre? Pues bien, la razón por la cual el ser humano experimenta ese terrible vacío existencial es porque "es" lo que no quiere ser, "hace" lo que no le gusta, "está" donde no le desagrada, pero ¡¡¡se aguanta por "tener"'!!! y definitivamente, el precio que se paga por ese tener es muy alto.

El precio es la falta total de sentido en la vida. ¿Qué caso tiene atesorar grandes fortunas y ser dueño de miles de cosas, si así no soy lo que realmente quiero ser? La mayor plenitud en la vida, la grandeza espiritual de un ser humano, tan sólo se logra siendo lo que nuestro corazón más anhela ser. De lo contrario sólo lograremos tener cada vez más y más cosas, en una franca abundancia, y aun así tendremos más deseos de querer atesorar más y más bienes materiales, y esa ansia insaciable resulta por querer "llenar" el vacío existencial tan grande que experimentamos al no ser quien realmente deseamos ser. Ésa es la razón por la que mucha gente compra y compra cada vez que experimenta una depresión. ¡Qué absurdo!, ¿no le parece? Es como querer rellenar una lata sellada al vacío, cubriéndola cada vez con más y más etiquetas.

Continuará...

Del Taller de Autoestima de Juan Carlos Fernández. Capitulo 73 Volumén 2