"Mi enseñanza consiste en cómo no hacer esfuerzo. Incluso cuando estés haciendo algo, no deberías ser el actor. Incluso cuando haya acción, debería ser casi una no-acción. Debería ser como un florecimiento espontáneo, no algo que surge de la fuerza de voluntad.
Pero son las enfermedades que todo ser humano recibe del pasado. Se nos ha inculcado que la fuerza de voluntad es muy importante. A todos los niños se les enseña que hay que tener fuerza de voluntad. Y la fuerza de voluntad es algo que va en contra de tu espontaneidad, no te permite estar relajado, tranquilo. ¿Acaso crees que las flores tienen que hacer mucho para florecer? ¿Acaso los árboles tienen que realizar alguna acción enérgica para crecer? No; no realizan ninguna acción.
Lao Tzu solía decir: "Observa los árboles, observa los ríos, observa las estrellas, y entenderás qué es la acción sin acción".
Evidentemente el río está fluyendo hacia el mar, pero no se puede llamar acción porque no hay una fuerza de voluntad que lo empuje hacia el mar. Es algo muy relajado, sin prisas, sin precipitación, sin tener siquiera anhelo de llegar, sin competir con los otros ríos por ver quién llega antes. Simplemente va avanzando, cantando y bailando su baile por las montañas, los valles, los llanos, sin preocuparse de si llega a la meta o no. Cada momento es tan bello y precioso que ¿a quién le importa el mañana?
La fuerza de voluntad ha sido utilizada para darte una falsa personalidad. La fuerza de voluntad es un bonito nombre para una fea entidad llamada ego.
Uno de los grandes psicólogos de este siglo, Alfred Adler, basó todo su análisis psicológico en un simple hecho: que todos los problemas del hombre surgen de la fuerza de voluntad. Quiere convertirse en alguien, una persona especial, superior a los demás, más santo que los demás. No importa si está en el mundo o en un monasterio; es una lucha por estar por encima de los demás.
Cuanto más luchas y más triunfas, más te alejas de tu propio ser, porque cada vez estás más tenso, más preocupado. Tu vida se vuelve una agonía constante por el miedo al fracaso. Aunque hayas triunfado, el miedo a que alguien te pueda sacar de tu posición...Pregúntale a cualquier presidente por la tremenda angustia que padece. Una persona que vive para conseguir algo nunca podrá estar en paz.
De modo que por una parte te has inventado esa fantasía de la acción enérgica. A lo mejor piensas que la meditación necesita una acción enérgica, o que el sannyas significa una acción enérgica. Lo único que necesita es relajación. Necesita olvidarse de la mente que intenta conseguir, olvidarse del futuro, permitir que el momento presente sea suficiente y disfrutarlo; el momento siguiente se ocupará de sí mismo.
Si puedes disfrutar de este momento, serás más capaz de disfrutar del momento siguiente porque serás más experto en disfrutar, bailar, cantar. Y empezarás a tener más confianza en ti mismo, sabiendo que no necesitas a nadie. Seas quien seas, eres capaz de disfrutar el éxtasis final sin necesidad de ser rico, sin necesidad de acumular poder, sin ser mundialmente famoso, ni ser una celebridad.
Puedes ser un don nadie y tener todos los tesoros de la existencia, porque no están fuera de ti. No eres consciente de tu propia riqueza interior".
Osho, El filo de la navaja. La necesidad de una revolución en la conciencia