Hacer el bien 2/2


"Al bien hacer jamás le falta premio."-  Miguel de Cervantes Saavedra 


Cuando uno hace el bien, algo se transforma dentro de uno mismo, se altera profundamente nuestra identidad y, con ella, nuestra cosmovisión. Incluso vemos diferentes a las personas. Cuidado. Vale la pena hacer el bien a toda persona que se acerca a ti, pero ten presentes las palabras de Cicerón: "Cuanto mejor es una persona, más difícilmente sospecha de la maldad de los demás". Esto se puede confundir, como varias veces me ocurrió.

Si decides transformarte en un ser que hace el bien, te recomiendo que con cierta regularidad preguntes que ves en los demás, sobre todo a las personas que tú percibes como buenas; ya que tu percepción puede estar alterada por tu identidad de bondad”.

Escucha con atención la opinión de los demás, te podrás ahorrar muchos descalabros. Si encuentras en tu camino a gente con un corazón y men­te inundados de maldad -existen-, envíales tu bendi­ción y hazte a un -lado, sigue tu camino de bondad muy lejos del de ellos. Gente mala se puede disfrazar de amigos o socios, de gente buena, pero ten cuidado porque si les ayudas cabe la posibilidad de que sólo estés criando cuervos que luego intentarán sacarte los ojos. Elige bien y sigue adelante. Cambia y mejora tu medio de relación de ser necesario y sigue haciendo el bien. Que tu identidad de bondad no cambie por nada ni por nadie. Sólo necesitas cambiar el medio en donde te desenvuelves. Ése es el gran desafío que toda persona bondadosa afronta día a día.

"Hacer bien a villanos es echar agua en el mar." - Miguel de Cervantes Saavedra 

Todos podemos hacer el bien, pero hacerlo usando nuestro mayor talento te coloca en una dimensión de extraordinaria ayuda, te hace líder en tu campo, te hará brillar a tal grado que iluminarás el camino de otras personas, es tu edad de sol. Te empezarán a decir "iluminado" y muy posiblemente tú ni sabrás por qué. Sigue haciendo el bien no importando nada que te suceda, y brillarás aún más. Más gente te buscará, más personas conocerás, y llegará el momento en que conozcas a las personas que debías conocer para unir talentos y generar una luz aún mayor en beneficio de la sociedad.

Fluye haciendo el bien. Lo mejor te sucederá. Las personas que estorbaban tu camino desaparecerán como por arte de magia, tu familia se transformará en una fuente inagotable de paz y energía, aparecerán verdaderos amigos y la mujer o el hombre de tu vida llegarán a compartir tu camino como una noble misión de vida de pareja (como mágicamente me está sucediendo ahora). Es indescriptible la emoción que puedes sentir viviendo así. Gozarás más todo, desde una bebida hasta una película o un buen libro, sin olvidar lo formidable de una charla.


Nunca pensé vivir las maravillas que hoy vivo. Ni en sueños había pensado lo que hoy me sucede. En verdad tenía muchas ganas de decirte esto porque cada vez me convenzo más de que el Paraíso está aquí abajo, en plena Tierra, cuando te dedicas con todo tu ser a hacer el bien, a quien puedas, usando tus mayores talentos, en todas direcciones y momentos, muy por arriba de los límites de horarios y tiempo, con el corazón y la mente dedicados a ayudar al ser humano a ser más humano. La alegría de hacer el bien está en sembrar en todo momento, no en recoger. No esperes el Juicio Final, porque éste tiene lugar todos los días. Vivir la experiencia de hacer el bien, como sé que muy posiblemente ya la estés viviendo, es otra formidable manera de sentir una gran...

¡Emoción por existir!

Del Taller de Autoestima Volumén 1 de Juan Carlos Fernández. Capítulo 49: Hacer el bien