Todos ellos forman parte de nuestra creación, del mismo modo que todos nosotros formamos parte de la creación de Dios.
La Inteligencia que nos ha creado no nos odia porque cometamos errores o porque nos enfademos con nuestros hijos.
Esta Inteligencia sabe que hacemos lo mejor que sabemos y nos ama porque todos somos sus creaciones; de igual modo podemos amarnos nosotros. Vosotros y yo, todos hemos hecho elecciones negativas, y si continuamos castigándonos por ellas, se convertirán en pautas habituales y nos resultará muy agotador dejarlas marchar y hacer elecciones más positivas.
Esta Inteligencia sabe que hacemos lo mejor que sabemos y nos ama porque todos somos sus creaciones; de igual modo podemos amarnos nosotros. Vosotros y yo, todos hemos hecho elecciones negativas, y si continuamos castigándonos por ellas, se convertirán en pautas habituales y nos resultará muy agotador dejarlas marchar y hacer elecciones más positivas.
Si te pasas la vida diciendo: «Odio mi trabajo. Odio mi casa. Odio mi enfermedad. Odio esta relación. Odio esto, odio aquello...», muy pocas cosas buenas podrán entrar en tu vida.
Sea cual fuere la situación negativa en que te encuentres, está ahí por algún motivo; de otra forma, no le hubieras permitido entrar en tu vida. El doctor John Harrison, autor del libro Love your disease [Ame su enfermedad] dice que jamás hay que condenar a nadie por haber sido operado muchas veces o por tener diversas enfermedades. En realidad, los enfermos pueden felicitarse por haber encontrado un medio seguro de satisfacer sus necesidades. Es necesario que entendamos que sea cual sea el problema que tengamos, nosotros contribuimos a crearlo con el fin de manejar ciertas situaciones. Una vez comprendido esto, podemos encontrar formas positivas de satisfacer nuestras necesidades.
Hay personas enfermas de cáncer o de otras enfermedades graves a quienes les ha resultado tan difícil decir «no» a alguna figura de autoridad en su vida, que inconscientemente han ido creando la enfermedad para que diga «no» en su lugar. Conocí a una mujer que, al comprender que el único fin de la enfermedad que se estaba creando era ser capaz de negarse a las exigencias de su padre, decidió ponerse en su lugar por una vez. Comenzó a decir «no» a su padre. Si bien al comienzo le resultó difícil, como continuó firme en su decisión, vio encantada que se estaba curando.
Sean cuales fueren nuestras pautas negativas, podemos aprender a satisfacer esas necesidades de forma más positiva. Por eso es tan importante hacerse la pregunta: «¿Qué beneficio saco de esta experiencia? ¿Qué hay de positivo en ella?». No suele gustar responder a esa pregunta. Pero si realmente miramos en nuestro interior y somos honestos con nosotros mismos, encontraremos la respuesta.
Tal vez tu respuesta sería: «Es la única manera que tengo de conseguir una amorosa atención de mi pareja». Una vez que lo has comprendido, puedes comenzar a buscar formas más positivas de conseguirla.
El humor es otro potente instrumento; nos ayuda a liberarnos y a aligerarnos durante las experiencias tensas y agotadoras. En las reuniones de los miércoles dedicamos un tiempo a los chistes. A veces recibimos la visita de una oradora llamada «la dama de la risa». Tiene una risa muy contagiosa y hace reír a todo el mundo. No podemos tomarnos siempre tan en serio, y la risa es muy curativa. Te recomiendo que veas comedias divertidas cuando te sientas deprimido o bajo de ánimo.
Cuanto tenía mi consultorio particular solía hacer todo lo posible por conseguir que mis clientes se rieran de sus problemas. Cuando logramos ver nuestra vida como una obra de teatro que tiene un poco de telenovela, de comedia y de drama, conseguimos una mejor perspectiva y estamos en camino de curar. El humor nos hace capaces de elevarnos por encima de la experiencia y mirarla desde una perspectiva más amplia.
Extracto del libro "El Poder está dentro de ti" - Louise L. Hay