"La felicidad es algo que está mucho más relacionada con nuestro interior. Las personas optimistas, perseveran hasta encontrar una solución."
Según la nueva psicología, las personas optimistas viven más, y mejor, y solamente depende de nosotros, el que pertenezcamos o no a ese grupo más alegre y longevo, porque se puede aprender a ser feliz.
-Ahora los psicólogos positivistas, al estudiar un cerebro sano, se están dando cuenta de que es lo que diferencia a las personas felices, de las depresivas, destructivas, y negativas, que no disfrutan de la vida y se sienten desgraciados
-Para tener “alegría de vivir” más allá de las circunstancias de cada uno, hay que ser de una manera especial, hay que tener un gran empuje personal y una gran capacidad para sobrellevar los problemas, aunque estas cualidades no todos las tenemos en igual grado, pero lo bueno es que podemos llegar a serlo con un entrenamiento adecuado.
-Debemos empezar a entrenarnos para ser optimistas, porque nos aportará muchos beneficios, y los psicólogos, nos proponen una serie de actividades para lograrlo:
-1º) Tenemos que practicar actividades que nos reporten placer, como leer, escuchar buena música, comer chocolate, ver películas románticas abrazar a los que queremos,
-2º) Debemos cultivar las aficiones que más nos gustan , ya que, está comprobado que hacer lo que a uno le satisface, sin importar si sirve o no para algo, solo por el simple placer de hacerlo, nos hace sentir más útiles y más plenos.
-3º) Por último, hay que buscar un sentido a la vida más allá de uno mismo. Pertenecer a un grupo, ya sea un equipo de fútbol, una comunidad religiosa, o a una familia, da mucha felicidad, porque sientes que eres parte de algo, que te necesitan, que les necesitas y que os queréis y participáis en un proyecto común.
-Está demostrado con miles de pruebas que la alegría de un ascenso en el trabajo, o la suerte de que nos toque la lotería, en tres meses desaparece y retorna a sus niveles anteriores de satisfacción, como si nada hubiera pasado , pues una vez alcanzados los ingresos medios con los que poder cubrir las necesidades básicas, no hay que tener envidia de los más ricos, porque no son más felices que nosotros.
-Nuestros antepasados de hace un siglo,( aunque nos parezca imposible) , se sentían igual de felices que nosotros, a pesar de que no disfrutaban de tantísimas comodidades como nosotros tenemos ahora.
-La educación, la cultura y la raza, tampoco influyen en ser más felices.
-Tampoco nos dará la felicidad, el tener una salud perfecta. Toda la vida, hemos creído que la salud, el dinero y el amor, eran los artífices de nuestra felicidad, pero ahora sabemos que ni la salud ni el dinero la dan. Solo el amor es lo que nos hace felices. La gente enamorada es mucho más feliz, y también son felices los que tienen buenos amigos que les apoyan.
-La felicidad es algo que está mucho más relacionada con nuestro interior.
- La genética también influye, porque heredamos de nuestros padres el estado de ánimo. Un 25% viene escrita en nuestros genes, pero como nuestro cerebro es plástico, cambia con nuestras experiencias, y le podemos enseñar a disfrutar de las situaciones, y a potenciar y a disfrutar de las buenas experiencias y las buenas situaciones.
-No hay que olvidar que no son nuestras ideas, las que nos hacen optimistas o pesimistas, sino que es nuestro optimismo, o nuestro pesimismo, el que las modela.
-Las personas optimistas, perseveran hasta encontrar una solución. Mantienen su equilibrio emocional, porque saben que controlan las circunstancias, y siempre antes de tomar decisiones, sopesan los aspectos positivos y los negativos, mientras que los pesimistas, se limitan a ver únicamente los negativos.
-Los psicólogos están convencidos de que el poder reparador del optimismo ante la adversidad, es independiente de la edad, el sexo, la inteligencia, el nivel de formación, o los recursos económicos, y afirman que la confianza en uno mismo, nos protege de los infortunios.
-Parece ser que tenemos un sistema inmunológico cognitivo, que actúa en el campo emocional, un dispositivo que se enciende sin darnos cuenta cada vez que nuestro estado de ánimo se derrumba y que nos empuja a estados de mayor bienestar.
-Así que a partir de ahora mismo, vamos a ser cada día, un poquito más felices.
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Fuente: 123people.es