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Estoy convencido que si alguien tolera las majaderías de otra persona, es únicamente porque dependen en algo de esa persona. En cambio la gente que no tiene ninguna necesidad económica, suele ser la que no tolera la más mínima majadería de nadie. Simplemente se retira en paz a seguir por otro camino.
Esto es tan claro. He conocido gente rica que se ufana de tener muchos amigos que ha mantenido por años, sin quizá darse cuenta de que sus "amigos" sólo lo han tolerado por la ganancia secundaria que ello les representa. Algo muy clásico son las mujeres que toleran a sus maridos a cambio del sustento económico. Miles hay.
En cambio, tengo otros amigos (muy pocos por cierto), con gran libertad financiera y emocional que son profundamente creativos y de siempre están pensando cómo hacer un mejor negocio y establecer una empresa con sistema. Gente que se arriesga a seguir sus sueños y no los detiene "la seguridad" de entrar a una empresa, sino que les da vida y pasión su pensamiento creativo para gestar una propia.
Cuando estamos frente a un bien o servicio que quisiéramos adquirir y no nos alcanza el dinero, hay dos opciones de pensamiento frente a ello; (1) Expresar lógicamente "no puedo comprarlo", o (2) preguntarse "¿Cómo podré comprarlo?". La diferencia en la fuerza de esos dos pensamientos es enorme. Como afirma Kiyosaki, la primera es un decreto, y de ahí no se sale, es un hecho. La segunda es una pregunta. La primera deja a la persona al margen de las circunstancias sin poder hacer nada. La segunda se obliga a pensar. ¡Enorme diferencia! Enormemente diferentes serán los resultados también. Me gusta cuando el autor comenta que expresar "no puedo comprarlo" es tan sólo una señal de pereza mental. La pereza reduce tanto la salud como la riqueza.
Un tipo de persona puede creer: "El dinero no me importa, no me interesa el dinero". Tengo conocidos que lo afirman con orgullo. Todos pobres. Se nota a leguas. En cambio, también tengo otros conocidos que piensan diferente: "El dinero es poder". Todos ellos ricos. Siempre me ha llamado la atención este tipo de diferentes pensamientos que originan tan distintas realidades. Por eso he llegado a desarrollar la hipótesis que tu dinero es una buena medida de tus pensamientos, y suele una medida muy exacta.
He llegado a conocer personas que afirman: "Yo nunca seré rico", y esa profecía autocumplida se cristaliza en la realidad de la que luego se quejan. Increíble, pero así es. En cambio, también tengo la dicha de conocer personas que piensan algo como: "Yo soy rico, y los ricos no se comportan así...", haciendo alusión a un comportamiento que no les agrada. Conozco amigos que han pasado por quiebras financieras, pero siguen siendo ricos en todo esplendor. Su forma de caminar, su forma de ver la vida incluso en bancarrota, su buen gusto. Otro poderoso ejemplo es cuando analizo la forma en que un rico o un pobre lee la carta-menú de un restaurante: el pobre la lee de derecha a izquierda, el rico solo lee la columna de la izquierda y no se entera de más. (Nota: Los precios por lo general se encuentran del lado derecho). Esto nunca falla y es muy manifiesto. Uno se preocupa por cuánto va a gastar, el otro por qué va a disfrutar. Obviamente, el resultado en las realidades de ambos seguirá a sus pensamientos.
Desde el principio de éste taller se ha afirmado que todos tenemos la magia para crear nuestra propia realidad, y nuestra realidad financiera no es ninguna excepción a esta ley. Hemos analizado anteriormente que, si lo que deseamos son nuevos resultados, hemos de realizar nuevas acciones que los produzcan. Y si deseamos nuevas acciones, hemos de albergar nuevos pensamientos que las hagan surgir. Y a su vez, si deseamos crear nuevos pensamientos, hemos de adquirir nueva información que los generen. ¡La diferencia, al final, está en la información! A nivel económico se sucede este mismo fenómeno. Y estoy de acuerdo con miles de autores que afirmamos lo mismo: gran parte de la pobreza que vive mucha gente es debido a falta de información financiera, falta de cultura económica. La economía no se suele enseñar en las escuelas ni lo hace el gobierno, es una enseñanza tácita en la ambiente familiar, en los hogares, en el ejemplo observado en casa. Y si esa es la información que recibimos, ¡¿cómo lograr riqueza cuando la abrumadora mayoría de las familias (en mi país) son pobres o de clase media?!
Kiyosaki lo muestra dramáticamente, hijos ricos suelen ser por el ejemplo de padres ricos, no tan solo por heredar fortunas; hijos pobres suelen ser por el ejemplo de vida de padres pobres, no por falta de oportunidades; hijos clase media suelen serlo por el ejemplo de padres de clase media. En una u otra forma, se trata de romper el molde y generar lo que uno quiera rebasando los límites de lo conocido, disciplina fruto del deseo de la propia -muy propia-superación. No es herencia, son patrones de pensamiento aprendidos y transmitidos a los hijos. Sin duda el dinero es una forma de poder, pero es más poderosa la educación financiera. Y si no se te dio tal, ¡entonces ve e investiga por tu cuenta! ¡Eso hace un ser extraordinario, esto hace la diferencia!.
Recuerdo que hace años en un viaje en avión, mi compañero en la fila de asientos era un altísimo ejecutivo de una de las más afamadas empresas de la industria farmacéutica. En algún momento de la charla me dijo: "Debes aprender que el dinero está tirado en las calles, y está tirado abundantemente. Sólo es cuestión de aprender a recogerlo". Parece que fue ayer cuando escuché esta creencia y todavía la recuerdo tan fresca en mis oídos que escucho el tono y timbre de voz de aquella persona incluso ahora.
Desde aquel entonces me dejó pensando su metáfora. Creí en ella. Y he aprendido a recogerlo. Ese pensamiento es muy diferente de aquellos que piensan: "...es que la gente no tiene dinero, está muy gastada, por eso ya no compran tal o cual cosa...". Yo he decidido no creer en esa frase que tanto se escucha en la clase media y pobre. Las evidencias que yo alcanzo a ver me muestran lo contrario. Cada vez más agencias automotrices se abren en mi país. Cada vez más firmas de autos de lujo llegan. Cada vez más crece la industria de la construcción. Por lo menos aquí en donde vivo, ya es el colmo, hay un edificio nuevo casi cada 200 metros. Los teatros se llenan, por lo menos en las funciones que me toca asistir. Los restaurantes están al tope y con gente esperando afuera, por lo menos los que yo veo (y aclaro que no soy el único que los ve). Ver abundancia genera abundancia, porque aquello en donde enfocamos nuestra mente se expande, todo el tiempo.
Hoy te invito a que reflexiones un momento acerca de los pensamientos y creencias que tienes con respecto al dinero, porque insisto, tus pensamientos son tu dinero, tu dinero es una muy buena medida de tus pensamientos. Hasta el momento, de los miles y miles de personas que conozco, no he conocido a un gran pesimista que sea rico, ni a un optimista que sea enteramente pobre. Y estoy hablando específicamente de dinero. Tus pensamientos generarán emociones, y estás te moverán por definición. Todos aprendimos en nuestras casas una relación emocional con el dinero, y esta es la que nos mueve a la pobreza o a la abundancia.
Si notas fríamente luego de leer estas reflexiones que se te enseñó en tu casa a moverte hacia la pobreza, tienes dos opciones, seguir así, o romper con la tradición familiar, salirte de la tribu, y adquirir una Nueva Conciencia del dinero, auto-reeducarte financieramente, adoptar una nueva postura emocional frente al dinero, y te garantizo que esa nueva información que adquieras, generarán nuevos pensamientos enfocados a la abundancia, y ella será muy pronto tu realidad tangible, y esa realidad sin duda te dará más...
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Del Taller de Autoestima Volumén 1 de Juan Carlos Fernández