Pensar que todo irá bien y actuar con confianza cuando arrecian las dificultades no es una utopía sino la opción psicológicamente más eficaz y rentable, porque nuestro cuerpo y mente funcionan mejor, ayudándonos a sobrellevar las adversidades y a salir a flote más rápidamente, e incluso fortalecidos.
1.- Fortalecer las defensas orgánicas. “Diversos estudios médicos y psicológicos han demostrado que mantener una actitud optimista ayuda a fortalecer las defensas orgánicas, mejorar el sistema cardiovascular, aumentar la expectativa de vida e, incluso, prevenir el ictus cerebral”, explica el doctor Santiago de la Rosa, médico especializado en Medicina Biológico-Naturista.
Según este especialista, autor de ‘El estrés: conózcalo y sepa tratarlo de manera naturista’, está comprobado científicamente que pensar de manera positiva y entusiasta y ver el lado bueno de las cosas, “contribuye a desarrollar la creatividad, a envejecer en mejores condiciones y a preservar la agilidad mental, además de elevar las posibilidades de sobrevivir a un choque postoperatorio”.
“Todos estos beneficios del optimismo –señala- no sólo ayudan a mantener una buena salud y evitar que se deteriore, sino también a estar en la mejor forma posible cuando más los necesitamos: es decir cuando las adversidades, severas o duraderas, nos someten a un desgaste físico y mental, debido al estrés y la preocupación”.
Además de las investigaciones mencionadas por el doctor De la Rosa, hay otras 9 razones clave que demuestran que ponerle “al mal tiempo buena cara” es mucho más que un eslogan o una frase hecha. Las aportan otros grandes conocedores de la naturaleza humana y son muy útiles para afrontar con mejor ánimo los tiempos de tribulación como los actuales.
2.- El optimismo siempre es posible. “Abundan las circunstancias desalentadoras, pero nada ni nadie podrá impedirnos la elección personal de manifestar comportamientos alegres. Una actitud firme de alegría y de esperanza contribuirá más que nada a mantener un buen tono mental, temple de ánimo y vigor y fortaleza psíquica”, según el psicólogo Bernabé Tierno, fundador del Club Optimista Vital.
Además, así “creamos a nuestro alrededor un campo espiritual magnético-positivo y hacemos mucho bien a quienes nos acompañan, les contagiamos nuestra fuerza”, señala Tierno, autor de ‘Aprendo a vivir’, quien destaca la importancia de “mantenerse alegre aunque no se pueda ser feliz en ese momento y actuar como si la alegría adoptada fuera real”.
3.- Todo tiene su lado bueno. “Cuando perdemos algo, acostumbramos a reemplazarlo por otra cosa más trascendente. Las personas a las que han robado suelen descubrir que su bien más preciado es su vida y muestran una apreciación renovada por las pequeñas cosas. Muchas divorciadas afirman que la tristeza y el miedo a la soledad iniciales dan paso a la satisfacción de ser autosuficientes”, según la psicóloga Caroline A. Miller.
Miller, que escribió el libro ‘El optimismo en acción’, señala que, aunque es posible que nos sintamos vacíos y traumatizados durante algún tiempo, a causa de las pérdidas materiales de hoy, “si tenemos paciencia e introspección, descubriremos que hemos creado un espacio en el que puede surgir algo más valioso y espiritual”.
4.- El poder de la confianza.“Puede que no comprendamos qué está sucediendo, pero si confiamos en nosotros mismos, en los demás y en que las cosas pueden desplegarse en un marco fiable que encarna el orden y la integridad, encontramos un elemento estabilizador muy potente, que nos guía y protege intuitivamente”, señala el profesor de Medicina Jon Kabat-Zinn.
Director del Centro de Reducción del Estrés de la Universidad de Massachusetts (EE.UU.), Kabat-Zinn opina que “si confiamos en nuestra capacidad de intuir, observar, estar abiertos y atentos, reflexionar sobre la experiencia, crecer, aprender gracias a la observación y la atención y conocer las cosas en profundidad, podernos cultivar esas habilidades claves para afrontar la adversidad”.
5.- Atraemos lo que pensamos. ¿Ha notado que en ocasiones lo que necesita ocurre de pronto o a partir de una llamada telefónica inesperada? Según el experto en programación neurolingüística Michael Losier, son evidencias de cómo funciona la Ley de la Atracción.
Que explica de la siguiente manera: “Con una actitud optimista atraerá a su vida todo cuando necesite hacer, saber o tener, para obtener más de lo que quiere y menos de lo que no desea. En consecuencia encontrará a su cliente, trabajo, relación y salud ideales, más dinero y todo lo que desee”. Losier también señala que este fenómeno “se basa en leyes psicológicas y físicas”.
6.- La alegría de superar la adversidad. “Las dificultades son un aspecto parcial de la vida, y lo que en un momento dado resulta muy frustrante, puede proporcionarnos una profunda satisfacción al siguiente” señala el doctor Dietrich Grönemeyer, uno de los médicos más célebres de Alemania.
“Con una actitud positiva no sólo es más fácil afrontar los problemas graves, sino superar las dificultades, que nos producirá placer y alegría”, añade este galeno autor de ‘Vive con corazón y Alma’, quien recuerda que nuestros días están contados, por lo que cada momento es valioso y deberíamos disfrutarlo, sin apartar la vida del sufrimiento porque forma parte de nuestra vida.
7.- Vivir en positivo es más útil y eficaz.Para el genetista Matthieu Ricard, “los optimistas son más realistas y pragmáticos que los pesimistas, se mantienen más serenos y se concentran atenta y selectivamente en los riesgos que les afectan de verdad y reservan sus energías para afrontarlos, en vez de preocuparse inútil e ineficazmente por todo”.
“Las personas que aprecian la calidad del momento vivido y construyen su futuro superando los obstáculos gracias a una actitud abierta y creativa, poseen una ventaja indiscutible sobre los pesimistas, obtienen mejores resultados en los exámenes, su profesión y su pareja, y están menos expuestos a la depresión y al suicidio”, según este experto mundial en budismo, cercano al Dalai Lama.
8.- ¿Hay algo ‘tan terrible’?.Según el psicólogo cognitivo Rafael Santandreu “nos topamos a diario con numerosas frustraciones y adversidades, pero la gran mayoría no son realmente relevantes ni tienen poder para amargarnos, a menos que se lo concedamos. Hay que aceptar que forman parte del guión y confiar en la naturaleza armónica de todo lo que sucede en la vida”.
“La pregunta más constructiva para valorar un suceso adverso es ¿en qué medida lo que me ha pasado o podría pasarme me impide hacer algo valioso por mi o por los demás?. Al responderla vemos que no hay nada tan terrible como parece y que lo mejor es aprovechar la vida haciendo algo positivo, pase lo que pase”, señala el autor de ‘El arte de no amargarse la vida’.
9.- La esperanza en acción. Según Luigi Anolli, profesor de Psicología Cultural en la Universidad de Milán-Bicocca (Italia), el principal atributo del optimista es la esperanza, “que le hace pensar que es responsable y protagonista de sus actos, comprometerse activamente a alcanzar los fines deseados y, además, le ayuda a detectar, analizar y valorar las posibilidades y los medios que tiene a su disposición para alcanzar sus objetivos”.
Anolli, que es autor de ‘El optimismo. Aumenta la energía y mejora la calidad de vida’, indica que “la esperanza hace que el optimista afronte las dificultades positivamente extrayendo de ellas fuerza y lecciones para el futuro, que no se rinda y se vea capaz de abordar cualquier proyecto porque espera cumplirlo, lo cual se realimenta porque la esperanza genera confianza en uno mismo, la cual produce buenos resultados y a su vez más esperanza”.
10.- Sacando la energía que llevamos dentro. De acuerdo al psicólogo José Elías “muchos piensan que serían más felices y todos su problemas se solucionarían si eliminaran las tensiones y preocupaciones cotidianas de sus vidas, pero esto es subestimar la importancia del incentivo y del conflicto, así como la satisfacción que resulta de solucionar los problemas”.
En su libro ‘Guía práctica de Risoterapia’, Elías india que “el estrés y la duda nos mantienen críticos, activos y llenos de vitalidad. Una vida tranquila es un bonito sueño, pero acaba causando desdicha. Los momentos oscuros nos permiten descubrir nuestra fuerza y luz interior. Ante ellos, hay que hacer lo posible para brillar: leer libros alentadores, meditar, hablar con un referente espiritual”.
Para este psicólogo, “el optimismo inteligente, no ingenuo, es una actitud ante la vida que puede cultivarse, ampliarse y aprenderse, como otras habilidades y, entre otras cosas, se nutre de luchar por nuestros sus sueños, contra viento y marea”, algo en lo que coinciden la mayoría de los expertos citados.
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Autor: Omar Goncebat