"Absolutamente nada ni nadie tiene importancia, tan sólo la que
usted mismo ha elegido conferirle" - Alejandro Ariza Z.
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Hace mucho tiempo me enteré de una anécdota que probablemente nos sirva en este momento. Se trataba de un sujeto de 55 años de edad, delincuente, alcohólico, mismo que se encontraba purgando una condena de varios años en prisión por haber asesinado a sangre fría al dependiente de una licorería durante un asalto. Esta persona tuvo dos hijos, uno de ellos resultó ser la copia casi fiel de su padre: asaltante, alcohólico, drogadicto y manteniendo sus vicios a base de robar autopartes y venderlas en los barrios más bajos de la ciudad. Mientras tanto, el otro hijo resultó ser el dueño de su propio negocio, llevando una vida muy saludable, casado, con tres bellas hijas, incluso estaba próximo a abrir una nueva sucursal de su microempresa.
Lo más interesante es que a ambos hijos se les citó para hacerles la misma pregunta: ¿por qué habían elegido ese estilo de vida? Los dos respondieron de manera independiente, sin que uno se enterara de la respuesta del otro. Sin embargo, el mayor impacto fue cuando ambos dieron la misma respuesta: "¿Qué otra cosa podría haber hecho después de haber tenido el padre que tuve?".
Esto es la propia autodeterminación, cuando el ser humano está "por arriba" de las circunstancias y no "es víctima" de las circunstancias. El ser humano que vive dependiendo de las circunstancias es lo que se conoce como "Personalidad Reactiva", es el ser humano al que lo define su ambiente, lo define el clima, lo define la economía de su país, lo define su familia, su esposa, lo definen un sinnúmero de factores "externos" a él.
Obviamente, todo su comportamiento empieza a estar con base en sus padres, en Dios, en la suerte, en su horóscopo, etc.
Sin embargo, ese ser humano, se mueve a niveles dramáticamente inferiores a los que se le confieren de suyo. Es decir, siendo la máxima obra de la creación, simplemente opera "reaccionando", al mismo nivel de la más elemental formulación. Existe una ley en física que dice así: “A toda acción le corresponde una reacción de igual magnitud pero de sentido contrario”, pues precisamente así operan estas personas: acción-reacción, y ¡nunca se detienen a pensar y elegir! Así no debe operar un ser humano “plenamente humano”.
Como hemos visto con anterioridad, el hombre tiene la enorme capacidad de elegir, y es exactamente entre la acción y la respuesta que se presenta esta capacidad. Esta otra tipología es la "Personalidad Proactiva": aquel que es dueño de las circunstancias.
Existen muchos factores que influyen en su comportamiento, pero sólo uno lo determina, él mismo, mediante su gran capacidad de elección. Son personas que perciben las acciones, pero antes de responder, “piensan” qué, cómo y cuándo responder. Si bien no es una tarea fácil, es algo que nos hace más humanos. Henry Ford dijo en alguna ocasión “Pensar es la tarea más dura que existe; por eso, probablemente, son tan pocos los que se dedican a ella”. Parafraseando a Henry Ford, me atrevería a decir que esa es la razón por la que existen tan pocos proactivos y tantos reactivos. Esa es la enorme diferencia. Una diferencia que puede marcar la distinción entre una persona sana y una enferma, entre una persona son a que vive realizándose día con día y una frustrada.
Del Taller de Autoestima Volumén 1 de Juan Carlos Fernánde. Capítulo 1