Echar la culpa a alguien es una de las maneras más seguras de seguir con un problema. Al culpar a otro, renunciamos a nuestro poder. Entender las cosas nos permite distanciarnos del problema y controlar nuestro futuro. El pasado no se puede cambiar, pero el futuro va siendo configurado por lo que
pensamos hoy
Cada vez que culpamos a alguien,
dejamos de hacernos responsables de
nosotros mismos.
Las personas que nos hicieron esas cosas
tan terribles estaban tan asustadas y
desorientadas como nosotros; sentían el
mismo desvalimiento. No tenían la menor
posibilidad de enseñarnos nada más que
lo que a ellos les habían enseñado.
¿Qué sabe usted de la niñez de sus
padres, especialmente antes de los diez
años? Si todavía le es posible averiguarlo,
pregúnteles. Si puede saber algo de
cuando ellos eran niños, le será más fácil
entender por qué hicieron lo que
hicieron. Y ese entendimiento le aportará
compasión.
Si no lo sabe, y ya no puede averiguarlo,
procure imaginarse cómo puede haber
sido. ¿Qué clase de infancia puede crear
un adulto así?
Usted necesita saberlo, por su propia
libertad. Porque no puede liberarse
mientras no los libere; no puede
perdonarse mientras no los perdone. Si les
exige perfección, también se la exigirá a sí
mismo, y será durante toda su vida un
desdichado.
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Extracto de "Tu puedes Sanar tu vida" - Louise L. Hay