Tú puedes sanar tu vida. La película de Louise L. Hay



No te critiques. Ese patrón viene desde tu infancia, y sientes que mereces ser criticado. Las críticas nunca cambian nada. Acéptate ahora tal como eres. El mejor momento es siempre ahora.

No te des miedo a ti mismo. Deja de asustarte con tus propios pensamientos. No podemos hacer nada con el pasado el pasado ya pasó. Y todo lo que has vivido hasta ahora, lo has creado con tu pensamiento. 

Tu punto de poder está en el presente. Lo que decidas pensar hoy va a crear lo que vas a vivir mañana, pasado o el año que viene. Y podemos empezar a ser libres ahora. No tiene sentido castigarnos por lo que ya pasó, por alguien que nos lastimó en el pasado, es importante disolver los resentimientos ahora. Para que no causen problemas en el futuro, antes de terminar con nuestra salud mental y física. Suelta el dolor de ayer y perdona. 

Se amable y paciente contigo mismo. Trátate como a alguien a quien quieres.

Sé amable con tu mente. Cambia suavemente tus pensamientos. Elógiate. Reconoce lo que estás haciendo bien en cada pequeña cosa.

Cuando quieras cambiar un viejo patrón, empieza por decir: “Estoy dispuesta a cambiar el patrón que está en mi conciencia”, y que está creando esta condición. Esta frase empieza el proceso de cambio, y cada pensamiento que tienes y cada palabra que dices, tu experiencia comienza a cambiar.

Ama tu negatividad. Reconoce que la has creado para cubrir una necesidad. En el nivel físico un resentimiento que cargamos por mucho tiempo devora nuestro cuerpo y se convierte en cáncer, si eres criticona   esto se convierte en manos artríticas. El miedo se convierte en calvicie y en problemas con los pies, y los sentimientos de culpa siempre causan dolor. El amor, la alegría y el perdón son grandes sanadores. La mayoría de nuestros problemas vienen de culpar a los demás, y de no asumir la responsabilidad de nosotros mismos. 
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