Toda enfermedad, en su sentido más amplio, está manifestando una desarmonía de tu alma. El cuerpo y la mente son el instrumento por donde manifestamos el alma y si ésta sufre y el ego se resiste a aceptarlo tu cuerpo o tu mente enfermarán.
Pero ¿Qué es una enfermedad del alma? Aunque no lo crean, en la actualidad es la más común de las enfermedades ya que la sociedad nos obliga a comportarnos de un determinado modo y no nos deja SER y tenemos ahí apretujada al alma dentro del cuerpo y al espíritu dentro del corazón, pero silenciados…
El alma quiere salir ya que necesita ser libre, recorrer descalza la ciudad, con el cabello al viento y sin mirar el reloj… El alma está ansiosa por vivir y tú no la dejas… Tu alma es la que adquirió un contrato al venir a esta vida para vivir intensamente y con ello permitirle la evolución a tu espíritu…
El alma pertenece a la naturaleza y al no poder entregarse a la experiencia se entristece profundamente y hace que tu cuerpo pierda vitalidad y lo manifiesta como una dolencia…
Esas profundas depresiones que vivimos son cuando el alma enferma de tristeza al ser prisionera de nuestro ego que no le permite expresarse a través del corazón…
Vivimos ocultando nuestro sentimientos por temor a parecer ridículos, anticuados, o fuera de lugar. Y así es como nos “tragamos” el miedo, la pena, el amor y el desamor, la rabia, los celos, y vamos escondiendo tanto las emociones negativas como positivas…
El miedo es una enfermedad del alma, la culpa, la soledad, la obsesión… Son todas enfermedades de tu alma que tu cuerpo manifiesta como, ansiedad, rabietas o depresión.
La medicina alópata tradicional acostumbra a calmar los síntomas de la enfermedad (dolor, angustia, fiebre, tos, etc) con medicamentos, más que buscar las razones por las que se originó esa desarmonía manifestada en el cuerpo.
Calmando el dolor la persona olvida lo que su alma reclama a través del cuerpo y es así como se van acumulando las quejas del alma hasta que el cuerpo ya no da más y lanza un alarido estrepitoso para que le prestemos atención…
Nuestro cuerpo es muy sabio y nos habla constantemente pero no sabemos escucharlo.
Una enfermedad es una oportunidad para detenernos, hacer un stop en la vida y tomar un descanso que lleve a reflexionar: ¿Estamos bien encaminados? Hacia dónde estoy conduciendo mi vida? Es esta la vida que yo soñé?
Siempre, siempre estás en posibilidad de volver a empezar… Nunca, nunca hemos fracasado…
No enfermes a tu cuerpo… Libera a tu alma y saca a tu espíritu del closet, no temas decir: soy espiritual, pero sobre todo no temas a ser espiritual de verdad y vivir la vida intensamente porque en la evolución del alma nunca menos es más… Todo suma y cada experiencia adquirida le agrega unidades de luz al espíritu…
Y a mayor luminosidad nuestra mayor es nuestra capacidad de amar, de disfrutar la vida y de mantenernos sanos.
Ambas situaciones activan las mismas regiones del cerebro, lo que explicaría por qué una pérdida social puede provocar dolores y trastornos
El dolor físico y el dolor producido por el rechazo social están íntimamente relacionados y nos afectan de manera similar, revela un estudio reciente. La razón: tanto cuando nos rechazan como cuando nos hacemos daño la actividad neuronal de nuestro cerebro se pone en marcha en las mismas áreas: la corteza somatosensorial secundaria y la ínsula dorsal posterior. Los resultados obtenidos en esta investigación sugieren que el sentimiento de rechazo social sería la única emoción vinculada al dolor físico, lo que podría explicar por qué las personas, cuando sufren una pérdida, tienden a padecer dolores y trastornos del organismo.
Por Yaiza Martínez.