LOS DIEZ MANDAMIENTOS A LA LUZ DE LA LEY DEL AMOR. |
¿Cuál es el origen de los diez mandamientos? ¿Los dictó Dios mismo, son invención de Moisés u obra de otro ser humano?
Dios mismo no. Eso es mucho decir. Pero es cierto que lo que llamáis Mandamientos originales fueron transmitidos a Moisés por seres de evolución superior. Por su alto nivel evolutivo se les puede considerar mensajeros de Dios.
¿Y cuál fue la intención de esos seres al transmitir los mandamientos?
Dar unas nociones básicas para la gente de aquella época de por dónde iba la espiritualidad. Más que mandamientos eran consejos, ya que los seres de alta evolución ni exigen ni obligan a nada. Mandamientos es una traducción equivocada, pero si os gusta la palabra la seguiremos empleando.
Hombre, me alegro de que por los menos haya quedado algo de verdad.
Eso no quiere decir que no hayan sido objeto de manipulación, modificación y añadidos.
Ya me parecía a mí. ¿Y qué es lo que ha sido manipulado y lo que no?
Si quieres los revisamos uno por uno. Algunas manipulaciones las podéis ver vosotros, pues son más recientes y evidentes, simplemente comparando lo que dice el texto del antiguo testamento con el decálogo que ha quedado como oficial de la Iglesia Católica.
Vale, empezamos por el primer mandamiento. Según la Iglesia Católica es "Amarás a Dios sobre todas las cosas". ¿Qué tienes que decir de este?
Es un buen mandamiento, aunque no aparece en el texto del Deuteronomio donde supuestamente Jehová le transmite los mandamientos a Moisés. Esto más bien lo dice Jesús cuando un escriba del templo le pregunta "¿Cuál es el primer mandamiento de todos?" Y él responde: "El primero es: escucha, Israel, el Señor nuestro Dios, el Señor uno es. Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas". El segundo es éste: amarás a tu prójimo como a ti mismo. Pero el texto del Deuteronomio dice: "No tendrás dioses ajenos delante de mí. No te harás imagen ni ninguna semejanza de lo que hay arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. No te inclinarás ante ninguna imagen, ni la honrarás."
¿Y cuál es el verdadero?
Los dos mensajes son espiritualmente avanzados. El de Moisés era un alegato contra el politeísmo y la idolatría, tan frecuentes en aquella época. Quiere dar el mensaje de que existe un único Dios, y que la adoración de imágenes no tiene nada que ver con Dios ni la espiritualidad. Es decir, le dice al ser humano "No construyas imágenes para alabarlas como si fueran dioses." El de Jesús, aparte de confirmar que sólo hay un Dios, añade algo más avanzado: Amarás a Dios y al prójimo como a ti mismo, un buen resumen de la ley del amor.
¿Si los dos están bien, cuál es el problema?
Para mí, ninguno. El problema lo ha de tener el que cree a pies juntillas que los diez mandamientos de la Iglesia Católica están escritos en el Deuteronomio tal cual los dio a conocer Jehová, Yahvé o como le queráis llamar, a Moisés, porque no es cierto. Ahí está el fraude moderno. Si nos ceñimos a lo que dice la Biblia, el primer mandamiento pertenecería a Jesús y no a Moisés.
¿Y cuál sería el motivo de este cambio?
El primer mandamiento según el Deuteronomio le dice al ser humano: "No construyas imágenes para alabarlas como si fueran dioses." Si os fijáis, la Iglesia Católica no cumple este mandamiento, porque pone mucho énfasis en la adoración a multitud de imágenes de santos, vírgenes y el propio Jesús en mil versiones diferentes. Una manera de evitar esa contradicción, la cual ya vieron reformadores como Lutero, era simplemente eliminar este mandamiento y substituirlo por otro menos incómodo.
¿Y qué es lo que ha hecho que el catolicismo se haya inclinado a la adoración de imágenes?
Ya dijimos que la Iglesia Católica, a partir de Constantino, absorbió costumbres y ritos de religiones anteriores. En ellos era frecuente la adoración de imágenes de "los Dioses". Era una costumbre muy arraigada en muchos lugares del imperio romano y una conversión forzosa como la que decretó Constantino no podía eliminarla de golpe. Además, tampoco les convenía eliminar esa costumbre, pues todo este culto a las imágenes y las ofrendas correspondientes era una manera de entretener a la gente para que no se fijara en los valores realmente espirituales, ni cuestionara su forma egoísta de comportarse, tan en contra de esos valores. Las figuras de dioses masculinas de antaño pasaron a ser Jesús y los santos, y las femeninas, la Virgen y las santas. Solo quedaron excluidas las imágenes de animales, ante la imposibilidad de asimilarlos a las figuras destacadas de la nueva religión. Si os resulta sorprendente lo que os digo, fijaros en el fenómeno más reciente, pero semejante, que se ha producido tras la conquista de América y la evangelización forzosa de las poblaciones autóctonas, donde los mismos ritos y adoraciones a divinidades precolombinas se siguen realizando, sólo que ahora los nombres de estas divinidades han sido substituidos por los de los santos de la Iglesia. Esta es una de las razones por las cuales los judíos no adoran imágenes, mientras que los cristianos católicos sí, a pesar de que supuestamente estas dos religiones aceptan como válidos los diez mandamientos.
Me gustaría que me hablaras con mayor profundidad de la concepción que se tiene en el mundo espiritual de los rituales, ya que los seres humanos, a través de las religiones, basan gran parte de su creencia en el supuesto carácter sagrado del ritual.
Los rituales son juegos que el ser humano inventa creyendo equivocadamente que con eso está acercándose a Dios, pero en realidad son una tapadera que le impide acceder a la auténtica espiritualidad. Los rituales han ido variando de época en época en función de las costumbres y del nivel de sensibilidad de las comunidades humanas. En épocas pasadas, los rituales eran actos de barbarie aterradores pues se llegaba a torturar y sacrificar a seres humanos con la creencia de que esto era agradable a los dioses. Posteriormente se sustituyó el sacrificio humano por el sacrificio de animales, el cual todavía perdura en muchas sociedades. Gracias a Jesús, el sacrificio de animales como acto ritual cayó en desuso en las comunidades cristianas, y se sustituyeron por rituales menos agresivos. Sin embargo, sabed que ni Dios ni los guías espirituales piden ni necesitan rituales ni ofrendas para conceder su ayuda. Lo consideran como una característica propia de humanidades poco avanzadas y se entristecen cuando con ellas se genera destrucción de vidas, sufrimiento y dolor, y por el autoengaño que se provocan a sí mismos aquellos que las realizan, ya que los rituales que generan daño, como los sacrificios humanos o de animales, en realidad producen todo lo contrario, endeudamiento espiritual , pues son actos contra la ley del amor, mientras que los que son inofensivos, son irrelevantes desde el punto de vista espiritual. Tampoco necesitan ni piden peregrinaciones a lugares santos, ni renunciaciones absurdas, como ayunos prolongados, ni fustigaciones, ni castigos físicos que generan dolores inútiles y ponen en peligro la salud y que no benefician a nadie. Sólo es necesaria la voluntad sincera de avanzar. Ya lo hemos dicho en repetidas ocasiones pero lo volvemos a decir: lo único que sirve para progresar espiritualmente es el avance que hagamos en la eliminación del egoísmo y el desarrollo de los sentimientos, y esto se tiene que manifestar en el día a día. Por lo tanto, no hay atajos, es decir, no hay prácticas o rituales que permitan conseguir este objetivo sin el esfuerzo propio, como a mucha gente le gusta creer. Los rituales, al igual que las adoraciones de imágenes, los rezos repetitivos, todo es vano desde el punto de vista espiritual.
Continuará...
Extracto del libro "La ley del amor" - Las Leyes Espirituales II de Vicent Guillem