Esta oración la puedes tener siempre a tu alcance, en tu tocador, en el espejo, en tu escritorio, en tu sala, a modo de que siempre la tengas a la mano y la puedas repetir constantemente, varias veces al día si lo sientes necesario, de esta manera lograrás aumentar tu nivel de autoestima.
"Yo soy la luz del mundo, porque yo soy un ser que ha venido de la luz, vive en la luz, y crea la luz.
A donde quiera que voy, yo soy las manos de Dios trabajando en la tierra, y soy inspirado por la Voluntad Divina.
Soy impulsado por fuerza divina y estoy trabajando en el plan divino.
Yo soy un miembro activo de la hermandad blanca y estoy apoyado por todos los miembros de la Jerarquía, y estoy trabajando en un proyecto específico de la Jerarquía.
Yo soy parte del nuevo grupo de servidores del mundo, yo soy parte de una cadena de amor y de buena voluntad que se extiende por todos los rincones del planeta.
Yo soy la punta de lanza para la llegada a la tierra de los Maestros de la Jerarquía.
Yo soy una antena cósmica que se abre hasta el infinito para recibir las bendiciones del Altísimo.
Yo soy un emisor de todas esas energías que estoy recibiendo, para multiplicarlas por donde quiera que vaya y hacerlas llegar a los lugares más inusitados.
Yo soy la palabra que sana, las manos que ayudan, los pies que dirigen, la mirada que salva.
Yo soy el microcosmos en acción, soy la red que comunica al hombre con Dios, soy el vínculo de fraternidad en donde se funden todos los seres humanos.
Yo soy la luz del mundo, el aniquilador de la oscuridad y la confusión, el guerrero de la luz, el que alumbra sin dar sombras, la roca firme en donde se apoyan las embarcaciones de la vida.
Yo soy la sonrisa que alienta, el abrazo que consuela, y soy el hijo de Dios en la tierra".
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Kwan Yin