50. NO JUZGUE A NADIE ANTES DE HABER ANDADO UN KILÓMETRO CON SUS PROPIOS ZAPATOS. Para conseguir que los otros hagan lo que usted desea que hagan, debe ver las cosas a través de los ojos de ellos. Ahí está el secreto para influir en los demás.
Hoy está muy de moda la empatía: ponerse en el sitio del otro. Ver las cosas desde la situación en que está el prójimo. Es lo que decía el gran Tobías de la Biblia: "Lo que no quieras para ti, no lo hagas a nadie".
Escriba una carta como a usted le gustaría recibirla. Hay cartas que nos hacen exclamar: "Si yo recibiera una carta como esa me enfurecería". Entonces ¿porqué no escribir de otra manera?. Mírese al espejo y dígase: "¿Si yo me encontrara con una persona de rostro tan serio y tan frío como el mío, la amaría?". Quizás (o sin quizás) no la amaría. Porque la mayoría no somos tan santos que seamos capaces de amar a quien se nos presta con una cara de cañón antiaéreo. Entonces ¿Porqué no me esfuerzo por presentar ante los demás un rostro más risueño?. El mundo es como un espejo, me devuelve lo que le doy. Si le sonrío y le saludo, me sonríe y me saluda. ¿Le hago cara agria y le insulto?, me hace una cara agria y me insulta. "Cómo cada una trae a los demás, así será tratado por ellos", escribió el profeta hace 2400 años. Ciertos vendedores y escritores han fracasado porque solamente se han preguntado: "¿Este artículo me gusta a mí?", y no se han preguntado: "¿Eso le gustará a los demás?". Porque lo importante no es que los zapatos que yo vendo o los artículos que yo escribo estén de acuerdo con mis propios gustos, lo importante es que gusten a otros. Si no se quedarán sin vender.
Pregúntese al hablar en público: "¿Qué pensaría yo de lo que estoy diciendo, si estuviera allá entre los oyentes?. ¿Me gustaría, que me dieran las órdenes como las doy?. ¿Me gustaría que me felicitaran en la medida que yo felicito?"
51. ¿QUIERE NO ABURRIRSE?. NO DEJE NINGÚN DÍA SIN PLAN FIJO DE LO QUE QUIERE HACER. Cuando un día estamos sin plan fijo se nos pasan las horas vagamente y hasta nos alegramos de que se acabe el día. Pero cuando tenemos algo fijo y determinado para hacer, entonces parece como que las cosas se van haciendo a sí mismas. Por eso: para realizar algo, debemos hacer planes, está presionando hacia el éxito, y realizará con mucha mayor facilidad lo que se ha propuesto realizar. El vivir cumpliendo un plan para conseguir una meta que se ha propuesto adquirir, puede conservar joven una persona hasta los 80 años.
52. TENGA CUIDADO PARA NO HERIR LOS SENTIMIENTOS DE NADIE. Nunca hacer que otros se sientan pequeños o desconcertados. Alabe siempre el más grande incentivo que usted pueda dar. Si tiene que corregir hágalo en privado, nunca en público, porque eso humilla, y usted no tiene derecho a rebajar a otro ni siquiera en un solo grado delante de los demás. Y después de corregir, vuelva a alabar a los aspectos buenos, y anime a ser mejor. Se lo agradecerá, para siempre. La mayor parte de la gente que obra mal, lo hace más por debilidad que por maldad, más porque no se dieron cuenta de que aquello no debía hacerse así, que por voluntad expresar de hacer lo que no se debe hacer. Que de usted se pueda decir lo que San Ricardo, rey de Inglaterra, cometan los que con él vivieron. "Ni siquiera al más humilde e ignorante de sus sirvientes le hizo jamás una corrección con palabras duras o humillantes".
Autor: Eliécer Sálesman
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Escriba una carta como a usted le gustaría recibirla. Hay cartas que nos hacen exclamar: "Si yo recibiera una carta como esa me enfurecería". Entonces ¿porqué no escribir de otra manera?. Mírese al espejo y dígase: "¿Si yo me encontrara con una persona de rostro tan serio y tan frío como el mío, la amaría?". Quizás (o sin quizás) no la amaría. Porque la mayoría no somos tan santos que seamos capaces de amar a quien se nos presta con una cara de cañón antiaéreo. Entonces ¿Porqué no me esfuerzo por presentar ante los demás un rostro más risueño?. El mundo es como un espejo, me devuelve lo que le doy. Si le sonrío y le saludo, me sonríe y me saluda. ¿Le hago cara agria y le insulto?, me hace una cara agria y me insulta. "Cómo cada una trae a los demás, así será tratado por ellos", escribió el profeta hace 2400 años. Ciertos vendedores y escritores han fracasado porque solamente se han preguntado: "¿Este artículo me gusta a mí?", y no se han preguntado: "¿Eso le gustará a los demás?". Porque lo importante no es que los zapatos que yo vendo o los artículos que yo escribo estén de acuerdo con mis propios gustos, lo importante es que gusten a otros. Si no se quedarán sin vender.
Pregúntese al hablar en público: "¿Qué pensaría yo de lo que estoy diciendo, si estuviera allá entre los oyentes?. ¿Me gustaría, que me dieran las órdenes como las doy?. ¿Me gustaría que me felicitaran en la medida que yo felicito?"
51. ¿QUIERE NO ABURRIRSE?. NO DEJE NINGÚN DÍA SIN PLAN FIJO DE LO QUE QUIERE HACER. Cuando un día estamos sin plan fijo se nos pasan las horas vagamente y hasta nos alegramos de que se acabe el día. Pero cuando tenemos algo fijo y determinado para hacer, entonces parece como que las cosas se van haciendo a sí mismas. Por eso: para realizar algo, debemos hacer planes, está presionando hacia el éxito, y realizará con mucha mayor facilidad lo que se ha propuesto realizar. El vivir cumpliendo un plan para conseguir una meta que se ha propuesto adquirir, puede conservar joven una persona hasta los 80 años.
52. TENGA CUIDADO PARA NO HERIR LOS SENTIMIENTOS DE NADIE. Nunca hacer que otros se sientan pequeños o desconcertados. Alabe siempre el más grande incentivo que usted pueda dar. Si tiene que corregir hágalo en privado, nunca en público, porque eso humilla, y usted no tiene derecho a rebajar a otro ni siquiera en un solo grado delante de los demás. Y después de corregir, vuelva a alabar a los aspectos buenos, y anime a ser mejor. Se lo agradecerá, para siempre. La mayor parte de la gente que obra mal, lo hace más por debilidad que por maldad, más porque no se dieron cuenta de que aquello no debía hacerse así, que por voluntad expresar de hacer lo que no se debe hacer. Que de usted se pueda decir lo que San Ricardo, rey de Inglaterra, cometan los que con él vivieron. "Ni siquiera al más humilde e ignorante de sus sirvientes le hizo jamás una corrección con palabras duras o humillantes".
Autor: Eliécer Sálesman
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