En el sueño de la segunda atención empezamos a dudar:
"Quizá todo lo que he aprendido no es la verdad".
Empezamos a desafiar lo que creemos; empezamos a cuestionarnos todas las opiniones que aprendimos. Sabemos que hay algo en nuestra cabeza que nos lleva a hacer muchas cosas que tal vez no queremos hacer –algo que tiene el control total de nuestra mente-- y no nos gusta. Y como no nos gusta, en un momento determinado empezamos a rebelarnos.
Los seres humanos cargamos con nuestro pasado, con nuestra historia, y es exactamente como si cargáramos con un pesado cadáver. Para algunos no es tan pesado, pero para la mayoría de la gente ese cadáver es muy pesado. Y no sólo es pesado; huele muy mal. Lo que muchos de nosotros hacemos es quedarnos con nuestro cadáver y compartirlo con las personas que amamos.
Digamos que estás viviendo con culpabilidad y vergüenza por un error que cometiste hace diez años.
La excusa para tu sufrimiento es: "Cometí un terrible error". Y piensas que todavía estás sufriendo por algo que ocurrió hace diez años, pero la verdad es que estás sufriendo por algo que ha sucedido hace diez segundos.
Cuando eres completamente auténtico, te dices la verdad a ti mismo, sin dudas: "Me gusta; no me gusta. Lo quiero; no lo quiero". No tienes que hacer lo que no te gusta hacer. Disfruta tu vida haciendo exactamente lo que te gusta hacer. Nos hacemos la vida difícil cuando tratamos de sacrificarnos por alguien más. Indudablemente, no estás aquí para sacrificarte a tí mismo por otra persona.
En ese momento descubres que te resulta mucho más fácil ser tú mismo que tratar de ser lo que no eres. No necesitas competir con nadie; no necesitas compararte con nadie.
Extracto del libro de Don Miguel Ruíz "El Quinto Acuerdo"
Continuará ...