"Nunca os quejéis de haber sido abandonados por el Cielo, ya que cada día el Cielo os habla, os envía mensajes, os da respuestas. Entonces, ¿por qué no los recibís? Porque llegan de un espacio en el cual la materia es extremadamente sutil, y para alcanzaros, deben atravesar todas las capas opacas que habéis acumulado a vuestro alrededor; sufren por lo tanto deformaciones. Como un bastón que sumergís en un recipiente de agua cuyas paredes son transparentes: observad, en el lugar preciso en donde penetra en el agua, parece roto.
Lo que se explica por el hecho de que el aire y el agua, que tienen diferente densidad, no tienen el mismo índice de refracción.
Lo mismo sucede en el plano psíquico: cuanto más han de descender las corrientes del mundo espiritual en una materia densa, sufren más deformaciones. Para recibirlas en su verdad, es necesario poder elevarse por el pensamiento hasta el mundo sutil donde tienen su origen.
Un cerebro espeso no puede recibir los mensajes del Cielo, o más exactamente, los recibe deformados: es él quien los deforma.
Esforzaros pues en purificaros, para despojaros, para ennobleceros: solamente entonces recibiréis del Cielo respuestas claras, nítidas, verídicas. "
Omraam Mikhaël Aïvanhov