Estar «necesitado» es la mejor manera de atraerse malas relaciones. El doctor Wayne Dyer escribe: «En cualquier relación en la que dos personas se convierten en una, el resultado final son dos medias personas». Si esperamos que otra persona nos «arregle» la vida, o que sea nuestra «mejor mitad», disponemos las cosas para el fracaso. Es necesario que seamos realmente felices con nosotros mismos antes de iniciar una relación de pareja. Es necesario que seamos lo suficientemente felices para ni siquiera necesitar una relación para ser feliz.
De igual modo, si tenemos una relación con una persona que no se ama a sí misma, es imposible que realmente la contentemos. Nunca vamos a «valer lo suficiente» para una persona insegura, frustrada, celosa, rencorosa o que se odia a sí misma. Con mucha frecuencia hacemos lo imposible por agradar y ser valorados por parejas que no tienen idea de cómo aceptar nuestro amor, porque estas personas no se aman a sí mismas. La vida es un espejo. Siempre atraemos a personas que reflejan características nuestras, o las creencias que tenemos respecto a nosotros mismos y a las relaciones. Lo que los demás piensan de nosotros es su propia perspectiva limitada de la vida. Hemos de aprender que la Vida siempre nos ha amado incondicionalmente.
Las personas celosas son muy inseguras; no se valoran a sí mismas. No tienen fe en su valía personal. Lo que realmente dicen los celos es: «No valgo lo suficiente, no merezco que me amen; por lo tanto, sé que mi pareja me va a engañar o me va a dejar por otra persona». Esto genera rabia y acusaciones. Estar con una persona celosa es decir que uno no se merece una relación de amor.
Muchas veces ocurre lo mismo en las parejas en que hay malos tratos. Estas personas o bien se criaron en una familia donde los malos tratos eran lo normal y continúan con el comportamiento familiar, o acusan al mundo y a su pareja de su falta de valía personal. Los cónyuges violentos nunca dejan de serlo a no ser que hagan terapia. Generalmente tienen un progenitor contra el que guardan un profundo rencor. El perdón es fundamental para ellos. Deben comprender de dónde procede su comportamiento y estar dispuestos a cambiar.
Autor: Louise L. Hay