Había una vez un árabe que viajaba en la noche, y sus esclavos, a la hora del descanso, se encontraron que no tenían más que 19 estacas para atar a sus 20 camellos. Cuando lo consultaron al amo, éste les dijo:
-Simulad que claváis una estaca cuando lleguéis al camello número 20, pues como el camello es un animal tan estúpido, se creerá que está atado.
Efectivamente, así lo hicieron, y a la mañana siguiente todos los camellos estaban en su sitio, y el número 20 al lado de lo que se imaginaba una estaca, sin moverse de allí. Al desatarlos para marcharse, todos se pusieron en movimiento menos el número 20 que seguía quieto, sin moverse. Entonces el amo dijo:
-Haced el gesto de desatar la estaca de la cuerda, pues el tonto aún se cree atado.
Así lo hicieron y el camello entonces se levantó y se puso a caminar con los demás.
Ésta es una buena imagen que puede ilustrar nuestra estupidez humana cuando estamos programados e incapaces de ver por nosotros mismos ni decidir por nosotros mismos, sino por hábitos, por unos gestos determinados, por la costumbre y por nuestra programación.
Extraído del libro Autoliberación- Interior- Anthony De Mello