Las emociones son energía bioquímica que se mueve por el cuerpo a cada instante influyendo de forma profunda y acentuada en la salud y todos los aspectos de nuestra vida.
Sin embargo, no siempre se entiende porque a veces reaccionamos de ciertas formas ante las experiencias de la vida cotidiana.
A veces no se comprende el enojo, la depresión o el miedo, hay quienes no pueden llorar o no saben qué hacer con su ira o el dolor emocional, y al no darle un sentido a lo que sienten se puede provocar el rechazo, la negación o la represión de la emoción.
La emoción contenida, reprimida o negada se queda en el cuerpo, son como burbujas de energía en el fondo de nuestro ser esperando a ser liberadas. Liberar una emoción significa que se hace consciente, o sale "a la luz" información guardada que no se veía a simple vista.
Uno puede creer que ya se le olvidó lo que le hizo sentir mal y pensar: "Eso ya no importa", "Ya lo superé" "¿Para qué ir hacia atrás?" Y trata de borrar sus temores o lo que le provocó dolor en la infancia o alguna etapa de su vida. "Vamos hacia adelante."
Y sí. Puede ser una muy buena actitud. Pero, si la emoción no se liberó con entendimiento, y se desahogó profundamente con una consciencia de aprendizaje, esta se habrá quedado negada, estancada o como una pequeña sombra que afectará nuestra vida.
Si deseas curar tu cuerpo o tu vida de forma profunda, es necesario que aprendas a aceptar y liberar emociones, ya que estas son unas grandiosas mensajeras de lo que nos ha tocado aprender en esta vida. Negarlas o juzgarlas solo acarrea enfermedades y limitaciones. Ir entendiendo el por qué viviste ciertas cosas y el por qué te hicieron sentir de cierta forma es muy importante para que tu espíritu sienta que está en verdad creciendo. Cuando algo no crece, se debilita, recae y enferma. Así pues, podrás notar en que partes de tu vida o tu cuerpo te has quedado estancado o con una emoción atorada, y es momento de darle salida y desahogarlas de una forma que te retroalimente de forma profunda.
Respiración para desahogar emociones
La respiración bien hecha no solo fortifica, vigoriza y rejuvenece los tejidos, el sistema nervioso, muscular y glandular, sino que tiene efectos medicinales sorprendentes ya que ayuda a movilizar emociones profundas y contenidas, traer a la consciencia experiencias guardadas en el inconsciente permitiendo su liberación resolución e integración para que el cuerpo y la vida sanen.
Por lo general, muy pocas personas saben respirar. La respiración se queda atorada en la parte del pecho, y esto no ayuda a que la persona realmente haga contacto con lo que está sintiendo. Aquí te damos 4 pasos sencillos para irte poniendo en contacto con las emociones contenidas.
¿Cómo iniciar una sesión de respiración curativa?
Sigue estos 4 pasos:
- Para iniciar una respiración curativa, necesitas un lugar que este más bien tranquilo y donde no te interrumpan, estar bien sentado, observando siempre que tus hombros, manos y cuerpo en general este relajado. Poner música suave puede ayudar (evita poner melodías cantadas, siempre instrumentales y lo más relajadas que puedas).
- Pon una de tus manos en la zona del vientre, unos tres dedos bajo tu ombligo. Esta es una zona de mucho poder y poco activada. Pon la palma de tu mano en esta zona y cierra los ojos. Concéntrate en tu respiración y trata de sentir como llega a la zona de tu vientre bajo, donde tienes tu mano. Debes sentir que tu abdomen es como un globo que se infla y se desinfla suavemente según inhales y exhales. Se infla al inhalar… se desinfla al exhalar…
- Concéntrate en tu respiración mientras visualizas a la persona con quien sientas has tenido un conflicto o te provoca o provocó alguna emoción fuerte, ya sea dolor, repulsión, miedo, tristeza, etc. Si sientes que "no hay nadie", piensa en tu mamá o en tu papá. O en Dios.
- Acelera un poco tu respiración y mantenla a un ritmo acelerado mientras tratas de recordar eventos que viviste con esta persona hasta que sientas que alguna emoción fluye o se intensifica.
- Haz la respiración concentrada por cinco o diez minutos. Luego, respira suavemente y trata de decirle mentalmente a la persona que has elegido lo que verdaderamente sientes o sentiste por ella. Exprésalo sin juicio y deja que fluyan tus verdaderos sentimientos. Si piensas que "no debes decir ciertas cosas", el ejercicio no funcionara. Simplemente permítete expresar lo que sea te venga al corazón. Si no sientes "nada", entonces trata de escribir lo que sientes aprendiste de esta persona en una hoja de papel.
Esta es solo una parte que te comparto para que inicies una cura profunda y vayas sanando tu cuerpo y tu vida a través del desahogo emocional.
¿Cómo te sientes hoy? ¿Bien? ¿Tratas de sonreír a pesar de todo? ¿Tratas de ayudar a todos con buen ánimo y carácter positivo? Eso puede sonar muy loable en verdad. Pero si tu cuerpo está enfermo, te sientes débil o agotado constantemente, o tu vida no va como esperas y los problemas o limitaciones parecen no se desbaratan, entonces es momento de empezar por ti.
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