Los aspectos positivos (¡puaff!)
De lo que se trata todo este asunto es de cómo sentirse bien, puesto que nada es más importante, ¡nada! Nada es más importante que sentirse bien, y no importa cómo lo consigas. Si con pararte de cabeza lo logras, magnífico. Si con oler un pedazo de madera recién cortada lo consigues, sensacional. Haz lo que sea necesario para llegar a ese lugar en el que te sientas mejor que cuando empezaste.
Sabrás cuando hayas llegado a él, no lo podrás pasar por alto. Lo mismo si se trata simplemente de la decisión de sentirte bien en un momento dado (o incluso de sentirte un poco mejor) que si estás tratando de hallar una nueva forma de "sentirte bien" en torno a un "quiero" en particular. Generalmente puedes encontrar docenas de maneras distintas y extrañas de lograrlo, si realmente quieres hacerlo.
Pero hay una forma que me reservo para "cuando todo lo demás falla", porque parece que siempre me ha resultado difícil tener que ponerme en la condición correcta. Ese último recurso, para mí, es encontrar algo positivo precisamente en lo que me provoca enojo; es decir, lo que cerró mi válvula.
Por ejemplo, supongamos que estás atorado en el tráfico debido a un accidente, y que te permites disgustarte de verdad. Daremos por hecho que, bajo la circunstancia de tu válvula cerrada, no sólo el tráfico no mejorará pronto, sino que la energía negativa estará, en ese mismo momento, afectando todos los otros aspectos de tu vida.
Tu trabajo consiste en abrir esa válvula de la forma en que puedas hacerlo. Pero digamos que has "tratado" (una palabra que debes eliminar de tu vocabulario) y nada te ha funcionado, ni la música, ni el estremecimiento, ni el hablar contigo mismo. Bueno, cuando todo lo demás falla, sólo queda una alternativa. Mira a tu alrededor cualquier aspecto, de la situación en la que estás, o de su entorno inmediato, que valores y que te haga sentir bien.
Tal vez el simple hecho de que tu auto está funcionando, o que no necesitas ir al baño, o la empatía que estás sintiendo por todos esos otros pobres diablos que están tan atrapados como tú en el atasco, o tu aprecio por el grupo médico listo para entrar en acción. ¡Encuentra algo, cualquier cosa! Empieza por hablar contigo mismo sobre ello. Disimúlalo, engáñate a ti mismo; muy pronto comenzarás a sentir ese sutil click con la energía de "sentirte bien" (o, cuando menos, de "sentirte mejor"), y tu válvula se abrirá lentamente (puesto que cientos de otros conductores están fluyendo la energía negativa de la furia a tu alrededor; el congestionamiento de tráfico tal vez no se resuelva pronto, pero al menos no estarás arruinando otras áreas de tu vida al fluir ese tipo de basura energética).
Ahora, con franqueza, cuando estoy de malhumor, no hay nada que disfrute tanto como permanecer así. Todavía me encanta renegar y enfurecerme, porque se siente muy bien hacerlo. La parte triste del asunto es que también sé que cada vez que hago eso, afecto negativamente todo mi mundo, sin mencionar que estoy atrayendo más de lo que me tiene furioso, y que simplemente no estoy dispuesto a dejar que eso suceda nunca más.
Así que, refunfuñando, encontraré alguna cosa tonta, intrascendente, insignificante, sin importar lo que sea, que me esté enojando y que podría empezar a considerar -probablemente- como un aspecto positivo de esa situación o de alguna persona; algo que -tal vez- pudiera apreciar. Entonces, como un chiquillo malcriado y retador a quien acaban de reprender, pensaré en alguna forma de empezar a hablar conmigo misma (casi siempre con un gesto de enojo) para sacar a la luz el aspecto positivo que logré encontrar.
Lo que más me molesta cuando estoy con ese estado de ánimo, es que siempre funciona. Encuentro algo que halagar, apreciar o admirar en el sujeto o en el asunto que me ha hecho enojar, y antes de que me dé cuenta de lo que me golpeó, percibo una corriente que empieza a fluir, puedo sentir realmente el momento en el que sucede la conexión. Válvula abierta, misión cumplida. Ahora puedo dejarlo ir, y permitir que el universo se encargue de hacer su parte.
Molesta por la luz de la entrada
Durante varios años renté una casita que había en la parte posterior de mi propiedad. El trato era que los inquilinos pagaran el gas de la calefacción, y yo me encargara de la electricidad.
Bueno, la rentaba a una joven pareja que insistía en tener encendida la luz del entrada delantero día y noche. Hablé con ellos sobre el asunto varias veces. Sin importar lo que yo dijera, ellos siguieron dejando encendida esa luz, hasta que empecé a "ver las estrellas".
Finalmente, recordé que estaba tratando con alguien a quien le encantaba cerrar válvulas: yo mismo. Cada vez que miraba la luz, mi válvula se cerraba bruscamente, mi cena se quemaba, mi perro se ponía insoportable, me cortaba en un dedo, me cancelaban una cita de negocios, mi chimenea chisporroteaba en exceso, se quemaba mi alfombra, y así sucesivamente. Y todo aquello pasaba mientras yo estaba estudiando la Ley de Atracción, ¡ni más ni menos! ¿Has oído hablar de quien no hace lo que predica?
Así que un día, de mala gana, dije: "Muy bien, encontraré alguna cosa que me agrade de esos dos, y lograré que se abra mi válvula". No pude. O, para decirlo más correctamente, no lo intenté. Y la luz continuó encendida, día y noche, día tras día, mientras yo "echaba humo". Para entonces, comprendí que aquello era serio y que iba a extenderse como un virus maligno; así que, con cierta renuencia, decidí buscar una bendita cosa en la que yo pudiera pensar que algo había de bueno en tenerlos ahí.
"Bueno, está bien, me ayudan a cuidar el patio y eso es lo primero. Son personas decentes, vale la pena tenerlos cerca, tan tranquilos, bla, bla, bla". Parecía como buscar una aguja en un pajar, a medianoche, pero pronto noté que mi resistencia se suavizaba un poco, y me aferré a lo que se iba salvando. Casi imperceptiblemente, y no siempre de buen modo, fui expandiendo el sentimiento y en poco tiempo pude sentir el movimiento del flujo de energía de "sentirme mejor" (no de sentirme bien") a través de mí. LA LUZ SE APAGÓ ESA NOCHE y de ahí en adelante no volvió a encenderse más que brevemente, cuando llegaban visitas o pedidos de la tienda. Estaba atónito. Estaba asombrado y emocionado ante la continua evidencia de que esta cosa realmente funciona, incluso con las luces de la entrada.
¿Estaba justificada mi reacción de enojo?Por supuesto; pero, ¿y eso qué? No valía la pena arruinar mi mundo por ello, más de lo que ya lo había hecho.
Sólo recuerda: cuando permitas que fluyan sentimientos negativos de cualquier tipo (aunque se trate de la luz de un Entrada), estás haciendo algo mucho más que amplificar esa situación. Estás actuando como la línea defensiva delantera de los Vaqueros de DalIas, impidiendo que todos tus" quiero" crucen más allá de la línea de la energía negativa. Al mismo tiempo, esos sentimientos negativos están atrayendo todo tipo de situaciones desagradables, en el proceso. Lo que es peor: si la persona por quien estás molesto es negativa, estarás atrayendo directamente sus vibraciones hacia ti. ¿Cómo va a valer la pena una cosa así?
De cualquier forma que lo veas, y sin importar cuáles sean las razones del pensamiento negativo, lo importante es que ante ellos tu válvula permanece cerrada. Así que, ¡ábrela!
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Del Taller de Autoestima de Juan Carlos Fernández. Capitulo 97 Volumén 2