"La gente siempre está culpando a sus circunstancias por lo que son. Yo no creo en las circunstancias. Las personas que se adueñan de este mundo son quienes se levantan y visionan las circunstancias que desean y, si no logran encontrarlas, las construyen". - –George Bernard Shaw
¿Se siente usted culpable por algo?, ¿Ha intentado alguna vez superar ese sentimiento?, ¿Pudo lograrlo?, ¿Sabe por qué?. La culpa es uno de los sentimientos que nuestro ego emplea para condicionarnos, aunque originalmente una creación nuestra, el ego, a medida que vamos otorgándole más y más poder, adquiere lo que podríamos llamar por simplificar cierto grado de autonomía.
Nuestras formaciones mentales, nuestros paradigmas, hábitos y pensamientos matizan nuestra percepción la realidad, y es desde estos que podemos percibir, clara o distorsionadamente, el papel que desempeñamos en nuestro medio. Es aquí donde el sentimiento de culpa juega un papel importante en la forma como nos relacionamos con las demás personas.
¿Cómo?, seguramente se preguntará usted, ¿Puede el sentimiento de culpa tener un papel importante en nuestras relaciones?, simplemente porque se lo permitimos, si, es algo que hacemos conscientemente, aunque tal vez engañados. ¿Confuso?, en realidad es muy sencillo una vez que se comprende el mecanismo que emplea el ego para darle relevancia a la culpa, veamos.
Difícilmente una persona en su sano juicio le daría importancia a un sentimiento que no le beneficia como lo es la culpa, pero y ¿Si pensara que no es culpa pero responsabilidad, o importancia?. ¿Qué sucede entonces?, el ego rara vez muestra la culpa como tal, trata de disfrazarla haciéndonos sentir importantes o responsables por realizar ciertas acciones, de esta manera la hace parecer importante y nos convence de aceptarla.
Veamos ahora dos de las formas más comunes como el ego disfraza la culpa para engañarnos.
La Culpa disfrazada de Importancia
¿Ha conocido alguna vez a una de esas personas que siempre le buscan exclusivamente para que escuche sus quejas, su exposición de como la vida le ha convertido en un(a) mártir, y lo imposible que le resulta superar esas situaciones?.¿Le escucha?, ¿Alguna vez le ha dicho que no le puede escuchar?, ¿Sabe por qué?. Comprender esto es sencillo al analizar como se siente usted al final de ese intercambio, ¿Lo ha notado?, muy probablemente siente que la experiencia le agotó, y ¿La otra persona?, muy probablemente se va dándole las gracias porque se siente mejor después de hablar con usted. ¿Cómo le hace sentir esto último?.
Su respuesta a la anterior pregunta es clave para comprender como funciona la culpa cuando se disfraza de importancia. Aunque el compartir de esa manera con una persona le agote, si usted elige pensar que él o ella no tiene nadie más que le escuche puede que se sienta culpable solo de pensar en dejar de escucharle.
Para justificar el continuar escuchando a esta persona, aun a pesar de resultarle desfavorable a usted, elige sentirse importante por ser la única persona que le hace sentirse bien cuando escucha su repetitiva narrativa. Se siente importante porque elige pensar que la otra persona le necesita.
Al permitir que lo anterior suceda, le permite a la culpa controlar sus acciones. ¿Es esto lo que usted quiere?, por supuesto que no, los seres humanos somos libres, y por eso deberíamos siempre sentirnos libres de actuar sin acondicionamientos, pero ¿Cómo lograrlo?.
Es muy sencillo, simplemente deténgase por un momento y pregúntese ¿Creó usted las condiciones de vida que esa persona experimenta?, ¿Es usted responsable por él o ella?, ¿Se siente usted como un paño de lagrimas?, ¿Está esa persona interesada en ayudarse a si misma? ó ¿Simplemente le utiliza para mantener su rol de víctima?, ¿Es a usted a quien él o ella necesita o cualquiera dispuesto a escuchar le serviría? y ¿Quiere esa persona realmente organizar su vida?, ó ¿De alguna manera "disfruta" las situaciones de las cuales no quiere salir?.
Responda las anteriores preguntas lo más sinceramente posible, las respuestas que obtenga le permitirán comprender mucho mejor la situación.
Tome en consideración que en vez de ayudarle podría estar usted interfiriendo. Si, interfiriendo, tal vez al escuchar a esa persona estaría usted privándole de la oportunidad de crecer. El permitirle seguir su camino podría darle la oportunidad a usted también de liberar su necesidad de sentirse importante y necesitado.
La culpa podría hacerle sentir la necesidad de mantenerse en esta situación, si experimenta esto reflexione sobre lo siguiente: "El permitirle a la otra persona vivir su vida, a la vez le permite a usted vivir la suya". ¿Hay alguien que no encuentre esto deseable?.
En este punto cabe considerar si es necesario sentirse culpable cuando ocasionalmente le dice que no a una persona, ¿Usted que cree?. ¿Es necesario sentirse culpable por ser incapaz de dar más allá de su capacidad?, aunque es deseable siempre compartir libremente de forma amorosa, es importante recordar que nadie puede dar lo que no tiene, y si usted da lo mejor de si mismo y lo hace de corazón entonces no hay lugar para la culpa.
El sentirse responsable por todo aquel que se cruza en su camino podría darle un falso sentido de importancia, podría hacerle sentir necesitado, pero a la vez la culpa empleando esos disfraces podría atraparle. Liberarse de esa culpa les permitiría a los demás asumir su propia responsabilidad, y la vez le permitiría a usted ocuparse de su vida.
La Culpa disfrazada de Responsabilidad
Al disfrazarse de un falso sentido de responsabilidad la culpa podría hacerle sentir responsable aun cuando no lo es. Es aquí cuando le asaltan los pensamientos de: debería haber hecho esto o aquello. Si alguna vez le sucede esto pregúntele a su ser interno, es allí, en su interior donde puede encontrar las repuestas que le permitan poner la situación en perspectiva. Su ser interno sabe que si usted hubiera tenido la oportunidad de hacer eso por lo que se lamenta lo habría hecho.Es importante mantener en perspectiva que somos seres en crecimiento, ninguno de nosotros es un producto terminado, siempre hay espacio para mejorar, en este sentido si decimos o hacemos algo que en un posterior análisis encontramos que pudimos haber hecho mejor de nada sirve sentirnos culpables por ello.
A medida que avanzamos en la vida siempre podremos hacer las cosas mejor, si consideramos que es deseable podemos regresar sobre nuestros pasos y disculparnos con la persona a quien consideramos que herimos, o corregir nuestras acciones de la manera pertinente, pero manteniéndonos centrados en el presente.
Recordemos que la vida, como cualquier otra escuela, nos brinda la oportunidad de aprender por ensayo y error, equivocarse es parte del aprendizaje, lo importante es aprender de nuestros errores para crecer y evitar repetirlos. Cuando tenemos la oportunidad de corregirnos, sentirnos culpables no aporta ningún beneficio.
Es importante considerar que cada ser humano en algún momento elige su camino a seguir en la vida, idealmente esta decisión debería estar basada en un profundo análisis interno y una comprensión de nuestra inclinación, capacidad y destreza naturales desde la consciencia de ser libres de elegir lo que creemos nos conviene, conservando el derecho de rectificar si consideramos que erramos, y no por las presiones familiares, sociales y o religiosas. Esto se aplica particularmente a las decisiones de carrera.
Nuestra primera responsabilidad es con nuestro bienestar, si nadie puede dar lo que no tiene, al no sentirnos bien con nosotros mismos no estaremos en capacidad de complacer a nadie, sin importar el nivel de culpa que seamos capaces de desarrollar.
Lo anterior guarda estrecha relación con respecto a aquellas personas que por alguna razón piensan que alguien está siempre disponible para asistirles. Por supuesto que es deseable ayudar siempre que esté a nuestro alcance, pero cuando alguien trata de controlarle por medio de la culpa, haciéndole sentir responsable por las consecuencias de no ayudarle en determinado momento, aunque esté fuera de su alcance, es importante reflexionar donde quedamos situados como individuos.
Es deseable conservar la perspectiva de nuestra identidad e individualidad, de otra manera lo que somos podría perderse en el proceso.
Otro punto importante a tomar en consideración con respecto a sentirnos culpables por supuestas responsabilidades es que algunas veces podemos considerar que es más fácil permitir que otros nos controlen que hacer valer nuestros derechos. El análisis de este punto escapa el alcance de este artículo, pero podemos ayudarnos tomando en consideración unos detalles importantes.
Al encontrarse ante situaciones en las cuales el complacer las necesidades de otros de alguna manera le hace negar o reprimir sus propias necesidades, ponga en una balanza aquello con lo cual podría vivir, y con que no.
Podría decidir que es más fácil negar sus propias necesidades que vivir con la culpa de no complacer a otros. En este caso tome en consideración que la culpa que los demás arrojan sobre sus hombros, y usted acepta, podría ser demasiado como para permitirle ser feliz.
Aquí entra en juego otro sentimiento estrechamente relacionado a la culpa y es el resentimiento, usted puede elegir complacerles pero como consecuencia desarrollar resentimiento, aunque se diga a si mismo que prefiere sentir resentimiento en vez de culpa, la culpa no pierde oportunidad para controlar la situación.
Cabe preguntarse entonces, ¿Por qué tenemos que elegir entre uno y otro sentimiento que en nada nos favorece?, en realidad no tiene porque hacerlo, es simplemente una decisión, una elección, y por eso también podría elegir ser libre.
Si alguna vez elige negar sus propias necesidades para complacer a otros, aun estando consciente que al hacerlo se perjudica, al menos trate de mantenerse alerta a este detalle. Esto le permitirá estar consciente de sus acciones y sus consecuencias, y podría ser el primer paso para superar esta y otras situaciones en su vida.
Continuará...
Del Taller de Autoestima de Juan Carlos Fernández. Capitulo 78 Volumén 2