Refrán popular
Definiendo La Prosperidad
La prosperidad es básicamente un proceso de sanación. O sea, mucha gente cree que prosperar es tener dinero, nada más simple y erróneo. El dinero es una de las facetas de la prosperidad. En pocas palabras, prosperidad es tener buenas relaciones, salud, una buena vida y todo el efectivo que se pueda gastar. Pero acceder a la prosperidad es un proceso en el cual vamos renunciando a nuestras ideas de limitación y de carencias y vamos reemplazando esas ideas viejas por nuevas, que nos permiten ir disfrutando desde ahora.
Tengo un caso que es increíble. Se trata de un muchacho joven de 33 años que ha ganado algo así como tres millones de dólares, y es una persona miserable. Lo ves y está deprimido, triste, siempre está solo. Y eso me llamó la atención. Uno cree que prosperidad es acumular dinero. Si uno no está sano por dentro no puede prosperar.
Esto nos lleva entonces a la siguiente pregunta: ¿Y el éxito?. El éxito es parecido a la prosperidad; significa lograr el objetivo que uno se va proponiendo. El éxito no es un acto sino que es un proceso cuando uno alcanza un objetivo determinado. Por ejemplo, para mí tener éxito es haber publicado un libro. Lo logré, pero inmediatamente mi mente empieza a querer otras cosas.
Si tenemos que describir el éxito, es básicamente lograr lo que mi espíritu me está dictando que debo hacer. Y aquí hay que hacer una gran diferencia, porque nosotros tenemos lo que deberíamos hacer y lo que realmente queremos hacer; entonces el éxito es lo que uno de corazón quiere hacer. Éxito no es sobresalir. La gente cree que éxito es ser famoso, publicar un libro o grabar un disco; a veces tiene que ver con nuestra carrera, pero éxito también es tener buenos hijos, una buena pareja, una vida como uno quiere. En definitiva, el éxito es lograr lo que de corazón uno quiere.
Entonces seguro usted se está preguntando entonces ¿A qué se atribuye la carencia de dinero? Tiene que ver básicamente con una idea muy fuerte de que hay poco dinero, o de que el dinero a mí no me corresponde. Cuando hay una carencia de dinero es que desde mi mente subconsciente yo no estoy aceptando la abundancia ni la riqueza; es como que a otros les puede pasar y a mí no.
Esto viene básicamente por ideas que hemos escuchado de nuestros adultos desde niños. Por ejemplo, pudimos haber crecido en un ambiente muy religioso donde hemos escuchado que "los ricos no van al cielo", "el dinero es pecaminoso" y entonces, si uno cree todo eso, en el fondo nunca va a querer tener dinero porque no quiere ir al infierno o no quiere ser pecaminoso. Por eso, dinero que venga lo va a hacer correr.
Esa es una de las maneras en que alejamos nuestra posibilidad de tener dinero.
Hay algo muy curioso. Yo siempre digo que si en este momento se repartiera todo el dinero del mundo entre todas las personas en forma pareja, al poquito tiempo habría de nuevo ricos y pobres, porque la riqueza y la pobreza dependen de nuestra mente, no del trabajo ni del esfuerzo sino de nuestra sensación de recibir lo que merecemos.
Yo creo que me merezco algo y en base a eso el Universo me provee; si yo creo que no merezco vivir bien entonces el Universo no me lo da. Una de las razones por las cuales la gente pobre sigue siendo pobre es por el resentimiento que ellos tienen hacia los ricos. El pobre siempre se victimiza y se pone en la posición de que hay otro que le roba, que el jefe siempre se queda con el dinero o se aprovecha; o sea que los ricos son malos, estafan, y entonces frente a todo ese resentimiento jamás van a ser ricos, al menos hasta que empiezan a ver el lado bueno, a asociar que también los ricos son buenos. Yo siempre digo que hay gente pobre que es malísima como hay gente pobre que es buenísima; lo mismo pasa con los ricos. La riqueza o la falta de ella no hace a las personas.
Los ricos son ricos porque tienen conciencia de abundancia; el rico siente que se merece, que ese es su nivel y lo va logrando. Uno de los conceptos más difíciles que a mí me ha tocado aprender es que el dinero es mental. O sea, el dinero no depende del trabajo, del nivel cultural o del esfuerzo que yo haga. Hay gente que trabaja muchísimas horas por día o tienen dos y hasta tres trabajos y en suma no les alcanza el dinero y tienen vidas miserables, no ven a sus hijos, no tienen tiempo para sus amigos. Eso no es prosperidad. Hay gente que trabaja cuatro o cinco horas por día y gana diez veces más que el otro; entonces, hay que ponerse a pensar qué es lo que hace uno y qué es lo que hace otro.
Uno tiene la idea de que "me tengo que sacrificar", "el dinero cuesta", entonces se la pasa en trabajos donde siempre va a ganar poco; el otro tiene una idea de "más suerte", o sea "lo mío vale", "lo mío sirve", "yo soy importante", entonces la vida le da eso.
Básicamente, cuando no tenemos esas ideas de abundancia y de prosperidad las tenemos que fabricar, las tenemos que crear. Yo tuve que hacer un trabajo bastante grande en eso porque yo vengo de la provincia de Corrientes, nací en una de las ciudades pobres del país; vi mucha pobreza y tenía la conciencia de humildad y de carencia. De pronto aprendí que yo también podía ser rico, que podía vivir bien. La idea produjo un cortocircuito dentro de mí pero empecé a practicar y vi resultados.
Uno tiene la idea de que "me tengo que sacrificar", "el dinero cuesta", entonces se la pasa en trabajos donde siempre va a ganar poco; el otro tiene una idea de "más suerte", o sea "lo mío vale", "lo mío sirve", "yo soy importante", entonces la vida le da eso.
Básicamente, cuando no tenemos esas ideas de abundancia y de prosperidad las tenemos que fabricar, las tenemos que crear. Yo tuve que hacer un trabajo bastante grande en eso porque yo vengo de la provincia de Corrientes, nací en una de las ciudades pobres del país; vi mucha pobreza y tenía la conciencia de humildad y de carencia. De pronto aprendí que yo también podía ser rico, que podía vivir bien. La idea produjo un cortocircuito dentro de mí pero empecé a practicar y vi resultados.
Continuará...
Del Taller de Autoestima de Juan Carlos Fernández. Capitulo 66 - Volumén 2