⏰ Reloj, Agenda y Brújula parte I


¿Qué es el tiempo? ¿Qué significa para nosotros? ¿Qué poder ejerce en nuestras vidas? Las respuestas a estas interrogantes no son banales sino; por el contrario, producto de una gran reflexión personal y trascendente consideración. Desde el punto de vista meramente científico, el tiempo es el período en el que tiene lugar una acción o acontecimiento, o la dimensión en que estos se representan. El tiempo es una de las magnitudes fundamentales del mundo físico, al igual que la longitud y la masa, y tanto usted como yo tenemos una parte de nosotros dentro de este terreno, dentro del mundo de la forma, dentro de un espacio físico.
Ahí es donde se intersectan nuestra existencia y el tiempo. Sin embargo, no sólo somos materia, no pertenecemos únicamente al mundo físico; somos plenamente en el pensamiento, en un terreno espiritual donde no existe la medida del tiempo, sino la emoción de existir. Aquí aparecen nuevas interrogantes acerca de las" cosas importantes" de su vida en las que necesita detenerse a pensar con seriedad: ¿cuáles serían las tres o cuatro primordiales?, ¿reciben la atención preferente y el tiempo que en realidad desea brindarles?
Reloj, Agenda y Brújula parte I
"No sólo es urgente saber a qué hora hay que llegar, sino más importante aún es saber a dónde se quiere ir." - Alejandro Ariza Z.

En el transcurso de mi vida, he tenido la oportunidad de conocer a personas muy activas, laboriosas, competentes, solícitas y deseosas de sobresalir. También he visto que diariamente luchan tremendas batallas emocionales por dar prioridad a las cosas más importantes de su vida. ¿Cuál será la razón por la que no colocamos en primer lugar las cosas esenciales? Desde hace muchos años han existido métodos, técnicas, herramientas e información sobre la administración y control del tiempo.
Cuando éramos pequeños se nos programó con la idea de que si trabajamos más, aprenderemos a hacer las cosas mejor y más rápido, si usamos alguna máquina o herramienta nueva, si ordenamos nuestros archivos y los organizamos de cierta manera, podremos llegar a hacerlo todo. Así compramos el nuevo planificador, la mejor agenda, el fantástico reloj digital de pulsera que tiene un calendario integrado, leemos un libro como Primero lo primero;lo aplicamos, nos esforzamos, y ¿qué ocurre? Conforme a las respuestas que he obtenido en mis consultas, y varias veces en mi propia vida, el resultado es mayor frustración y culpa. ¡Que ironía! Todas las valiosas herramientas que se han inventado para la administración del tiempo (relojes con alarmas, agendas especiales, planificadores y calendarios, sistemas de computación, etcétera) tienen el objeto de hacemos la vida más amable" ayudándonos a organizar nuestra vida de manera más eficiente; sin embargo, que contrastante es la realidad de su uso. Incluso dentro de mi grupo de amigos y allegados he escuchado comentarios como:
  1. Necesito más tiempo, el día no me alcanza. Me gustaría disfrutar más de la vida, pero no puedo. Estoy siempre corriendo. Casi nunca tengo tiempo para mí.
  2. Mis amigos y familiares me exigen más tiempo para estar con ellos, pero con la novia que tengo no sé cómo satisfacerlos. Si le fallo a uno, quedo mal con el otro.
  3. Casi siempre me encuentro acelerado" y me angustio porque tengo que posponer las cosas, aunque he notado que lo hago porque estoy angustiado.
  4. Siento que no hay un equilibrio entre mi vida privada y la laboral. Siento que si le quito tiempo a una para brindárselo a la otra, la situación sólo empeora.
- ¡Estoy muy estresado!
  1. He tomado cursos en los que me han enseñado a distinguir lo importante de lo urgente. Fue una plática motivacional muy bonita, pero días después me fue peor porque me di cuenta de que todo es importante. ¿Cómo hago para decidir?
El método tradicional de administración del tiempo sugiere que al hacer las cosas con mayor eficiencia se llega a tomar el control de la propia vida y que ese control, conforme se va incrementando, trae consigo la paz y la satisfacción que se desea. En la vida práctica he observado que eso no es cierto.

No sólo es importante tener un reloj, sino también es trascendente tener otra valiosísima herramienta de medición: una brújula. Es importante saber a qué hora hay que llegar, pero es más trascendente saber a dónde se quiere ir.

Continuará...

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Del Taller de Autoestima de Juan Carlos Fernández. Capitulo 62 - Volumén 2